Mónica Lacarrieu

Omar Jerez

Las ciudades actuales vienen siendo protagonistas y escenarios de situaciones y procesos que han sido claves en la constitución de la modernidad, y que en la contemporaneidad son visualizados como cruciales para la experiencia social y en la teorización sobre la mundialización de la cultura y la (multi)culturalidad global y urbana. “Vivir en la ciudad” –tal como fuera denominado el espacio de trabajo que coordinamos Omar Jerez y Mónica Lacarrieu en el contexto de las VIII Jornadas Regionales de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales y que dio origen a esta compilación de trabajos- es el producto hoy de profundas transformaciones socio-urbanas y culturales, muchas de las cuales resultan de continuidades, mientras otras, de discontinuidades respecto de los procesos históricos que urbanisticamente conformaron las ciudades modernas.

Los artículos reunidos para este número contribuyen al debate teórico-metodológico y empírico vinculado a la definición de la “cuestión urbana clásica” y desde la misma, a la reflexión crítica sobre la denominada por algunos especialistas como “nueva cuestión urbana” (Donzelot;1999). Asimismo, los trabajos que a continuación presentamos procuran dar una mirada original de la problemática urbana, es decir, repensarla desde la perspectiva antropológica, en general escasamente asumida como campo legítimo en el tratamiento de los problemas atinentes a los espacios urbanos. Las ciudades han estado alejadas de los estudios antropológicos clásicos, de tal modo que los antropólogos que se aproximaron hacia el análisis de procesos y situaciones propias de las urbes modernas, debieron fundamentar la legitimidad de este espacio académico. Así, lo urbano se constituyó en un “objeto no etnologizable” (cfr. de La Pradelle;2000), familiar a otras disciplinas como el urbanismo, la economía y sociología urbana, al mismo tiempo que procesos y realidades asociadas al mundo “ruralizado” y al de los “nativos” asentados en lugares remotos se volvieron los objetos por excelencia susceptibles de ser analizados con mirada antropológica. De allí, que el espacio gestado en las Jornadas, así como las ponencias presentadas, algunas de ellas retomadas en estas páginas, presentan aspectos de suma relevancia y originalidad a fin de discutir críticamente sobre las nuevas formas de “hacer y practicar la ciudad”.

En este sentido, la poca familiaridad entre la antropología y la problemática urbana ha llevado a que, hasta recientemente, la mayor parte de los estudios hayan focalizado en otras aristas, soslayando aspectos cruciales presentes en las ciudades desde que las mismas existen. Sin embargo, estas puntuaciones no sólo son atribuibles a la ajenidad con que se construyó la antropología respecto de lo urbano, sino también a los procesos de conformación que dieron lugar a la modernidad urbana: la industrialización y urbanización, factores claves para el planeamiento urbano moderno, produjeron ciudades reflejo de la nación, en las que la figura del obrero y el papel jugado por la fábrica fue central, en las que lo socio-económico se constituyó en el principio de estructuración de lo urbano.

De allí, que hasta los ’80 prevaleció una perspectiva economicista que centró el análisis en los efectos que la dinámica del sistema económico ejerce sobre la organización espacial de la sociedad (en los ’50 los efectos de la industrialización, en los ’70 los procesos de desconcentración y descentralización económica con el consiguiente desaceleramiento del crecimiento urbano). Pero sobre todo se estableció una categorización que además de considerar los efectos de la economía sobre la urbanización, delimitó conceptual y empíricamente lo que se dio en llamar la ‘urbanización capitalista’ (Castells 1974; Topalov 1979). A partir de los ’90, desde una perspectiva macro, los análisis urbanos vuelven a orientarse hacia los procesos económicos, como el de la internacionalización de la economía, en un contexto que, sin embargo, lleva a la transformación del espacio tal como era concebido, por tanto a la necesidad de reconceptualizar la problemática urbana en función de nuevas definiciones: las ciudades en el contexto del “espacio de flujos” potenciados por la agudización de la globalización económica y tecnológica, en consecuencia, devaluando el peso del sentido de los lugares (Castells;1995). Una contribución teórica de suma relevancia de los primeros años, es la de Saskia Sassen (1991), quien establece la categoría de ‘ciudad global’, a partir de identificar tres de estas ciudades en una primera instancia, a las que agregará otras con posterioridad, y definiéndolas como un nuevo tipo de urbanización organizado a partir de determinadas funciones económicas que llevan a convertir algunas metrópolis en puestos de mando en la organización de la economía mundial, lugares clave para las finanzas y las empresas de servicios especializados, lugares de producción y mercados para los productos e innovaciones producidas. Esta perspectiva disminuyó el interés por las ciudades medias, las que en los ’70 habían sido protagonistas de un gran crecimiento, pero que hacia los `90 parecen entrar en una desventajosa posición respecto al sistema de redes globales. También incidió, particularmente en la década de los ´90, sobre la declinación de los estudios de los lugares, teniendo en cuenta el supuesto básico según el cual la desterritorialización e ‘hiperurbanización’ posee un papel de relevancia en este contexto. Asimismo, lleva a obnubilar la mirada de los especialistas hacia determinados espacios que efectivamente se vuelven globales en algunas ciudades, dejando de lado otros que, en las mismas ciudades, persisten en su lugar de ‘cuarto mundo’.

La atención puesta primordialmente sobre las grandes ciudades, visualizadas en continuidad, al mismo tiempo que en ruptura con las ciudades modernas, llevó a dos aspectos claves: por un lado, a pensar que las ciudades contemporáneas son el producto de “nuevos procesos” desencadenantes de “nuevas situaciones urbanas” aparentemente inexistentes en la “cuestión urbana clásica”; por el otro, a homogeneizar lo urbano en el lugar de las metrópolis, grandes ciudades, y/o metapolis, apelando en sus análisis al “triunfo de lo urbano” –por su reconocida expansión en el mundo contemporáneo-, simultáneamente que a la “crisis de lo urbano”, debido a transformaciones con consecuencias sobre la privatización del espacio público, la fragmentación de los espacios y grupos sociales, entre otros rasgos visualizados como “patológicos”. En la actualidad, ambas cuestiones resultan fuertemente relativizables y dignas de ser discutidas. Es por ello que resulta de interés concentrarse, al menos, en tres cuestiones centrales, retomadas por los estudiosos y que en los últimos años han colocado en debate esa noción homogénea de ‘ciudad global’. En primer lugar, retomando a Perulli (1995:73) “las desventajas posicionales derivadas de la ubicación marginal de las ‘pequeñas ciudades’ (agregaríamos también de las medias) son, por otra parte, un argumento menos convincente que en el pasado”, en tanto nuevos ejes de comunicación pueden reposicionar a dichas urbes –más allá de su dimensión- por relación a las redes de ciudades que operan en la globalización, no desechando las funciones estratégicas de las grandes ciudades, sino incorporando alternativas de competitividad de ciudades menores, las que, por otro lado, se convierten en residencia de habitantes, redefiniendo las relaciones centro-periferia. En segundo lugar, la necesidad de repensar el problema de lo local –si bien atravesado por dimensiones que operan a nivel de lo global-, pero pensando como señala Hannerz (1996:207) que las “ciudades mundiales son lugares en sí mismas y también nudos en los sistemas de redes”, al mismo tiempo, que teniendo en cuenta que sólo mirando desde las diversas apropiaciones que hacen los diferentes actores sociales del lugar, podrán entenderse las diferentes formas de pertenencia generadoras de distintas configuraciones urbanas y de modalidades de ‘uso’ respecto de la constitución de identidades locales. En tercer lugar, la necesidad de superar una perspectiva economicista de la problemática, en la medida en que a fuertes procesos de desindustrialización –un factor clave en la definición de las ciudades contemporáneas, destacable tanto a nivel de grandes como de medias y pequeñas ciudades, pero muy fuertemente en ciudades de provincia como lo remarcan Fortuna (1997) y O’Connor y Whyne (1997) para los casos de Evora y Manchester-, le están correspondiendo procesos de planificación urbana en los que la cultura adquiere un lugar de relevancia a favor de generar ciudades competitivas (entre ciudades, a nivel regional y global) o las llamadas también ‘city marketing’ (Fiori de Arantes 1996). Esto nos lleva a suponer, que las ciudades están siendo objeto de procesos de transformación urbana que involucran cultura, alterando los patrones de urbanización preexistentes, si bien también reproduciendo o profundizando –al decir de Zukin (1996)- dos modelos de ciudad posible: la antigua y la moderna.

Quienes hemos coordinado y compilado estos trabajos, venimos investigando sobre estas temáticas no sólo en una metrópoli como Buenos Aires, sino también en ciudades intermedias, como San Salvador de Jujuy, Bermejo y San Pedro de Jujuy, colocando especial atención en la confrontación de los procesos y situaciones que tienen lugar en ellas. Aunque los procesos de globalización y de desindustrialización han afectado, si bien desigualmente, a las ciudades de distinta entidad, los cambios y consecuencias que operan sobre la urbanización no son del mismo tenor. Es evidente que Buenos Aires, en tanto capital de la nación, ha sido mayormente protagonista de procesos de recualificación urbana tendientes a convertirla en “Capital Cultural de América Latina” hacia el 2010. No obstante, tan evidente como que dichos procesos han sido acompañados de transformaciones en las relaciones centro-periferia, en “nuevas políticas de lugares” con estrategias urbanas operadas desde la cultura y la naturaleza y con efectos sobre la segregación socio-espacial. Sin duda, ciudades intermedias regionales como San Pedro y  San Salvador en Jujuy o la ciudad boliviana de Bermejo, en la frontera con Argentina, intentan un proceso de integración sobre “lo cultural”; y lo hacen, en la mayoría de los casos, sobre la búsqueda, construcción y/o recuperación de una identidad, aunque fragmentada, en común. Así, la noción de lo aborigen en los territorios de frontera, a diferencia de Buenos Aires, adquiere una dimensión diferente para el análisis. La participación de estos sectores en los procesos de industrialización, a fines del siglo XIX, y de desindustrialización a partir de la segunda mitad del siglo XX, le suma su impronta y conformación a la vida en las ciudades.

Desde esta perspectiva, fue el espíritu organizar un encuentro en donde pudiéramos discutir diversas formas de vivir las ciudades en el contexto de las profundas transformaciones urbanas contemporáneas. Este espacio permitió debatir sobre problemáticas comunes, pero también sobre situaciones urbanas diferentes, que tienen lugar en grandes ciudades, ciudades-capitales, ciudades intermedias y pequeñas. Ha sido sintomática la simultaneidad de procesos semejantes desarrollados en ciudades capitales del interior del país como Salta, más recientemente también en Santiago del Estero, y sobre todo los vínculos de aquéllos con los acontecidos en Buenos Aires.

Participaron expositores de diversas Universidades (públicas y privadas) y Centros de Investigación de Argentina, y las discusiones sobre la problemática de la vida en las ciudades se vio enriquecida por el abordaje que los distintos estudios hicieron desde diversas disciplinas, si bien con eje en la perspectiva antropológica. La exposición y discusión de los trabajos se realizaron durante dos jornadas, entre los trabajos presentados podemos citar los de: Maria Elisa Leiva (UNJu) “Violencia y Ciudad”; Mirta Fleitas (UNR/UNHIR-UNJu) “Morir en Jujuy. Evolución de los índices de mortalidad en Jujuy durante el siglo XX”; María Elena Godoy (UCSE-DASS) ”Aportes del enfoque sistémico al caso de la problemática ambiental y urbano paisajística del río Xibi Xibi (San Salvador de Jujuy – Jujuy- Argentina)”; Liliana Páez  (UNJu) “Enseñar en la ciudad: entre el tiempo y el espacio”; Viviana Vilca (UNJu) “Dime donde vives y te diré quién eres”: Los lugares de residencia y discriminación entre los jóvenes de la ciudad de San Pedro de Jujuy”; Gladis Molina, Alba Lía Colucci, Hilda Santillán, Marcelo Enrico, Mirta Caumo, Osvaldo Santillán, Darío Soria (UCSE) “La percepción  como herramienta para “mirar” lo simbólico. La imagen de la ciudad de santiago del estero”; Omar Jerez (CONICET-IM40-UNJu) “Las distintas percepciones en torno a la ciudad”; Paula Bertini (UNSa) “Construcción de la identidad y la tradición en los periódicos salteños del siglo XX: cartas de lectores y crónicas sociales”; María Florencia Girola (UBA–Becaria Doctorado CONICET) “Experiencias del lugar en un gran conjunto habitacional de la ciudad de buenos aires: del proyecto moderno a la relegación urbana”; Mónica Lacarrieu  (CONICET-UBA) “Procesos de recualificación cultural en Buenos Aires: cuando la cultura es un instrumento de control social y un recurso de gestión de la alteridad”. A los fines de esta publicación, hemos decidido incluir otros dos artículos que por razones ajenas a su voluntad no pudieron estar presentes en el contexto de las Jornadas, nos referimos a: Christian Alberto Cao (CONICET-UBA, Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales “Ambosio l. Gioja”) “El fenómeno de las privatizaciones de los servicios públicos en argentina. La necesidad de tutela de los usuarios y sus nuevos derechos” y Diego Martín Ríos (UBA) “Producción privada del espacio urbano y Estado. El caso de la urbanización cerrada Nordelta en el municipio de Tigre”. Debido a diversos motivos, no todas las ponencias se han convertido en artículos para este número, de allí que sólo hemos compilado los trabajos de Christian Alberto Cao, Mirta Fleitas, María Florencia Girola, Omar Jerez, Mónica Lacarrieu, Maria Elisa Leiva, Liliana Páez, Viviana Vilca, Diego Martín Ríos.

Los trabajos aquí publicados, son el resultado de investigaciones realizadas sobre procesos de urbanización, sobre los efectos socio-políticos y culturales en la conformación de las ciudades, así como sobre el impacto de los mismos en la vida cotidiana de quienes contribuyen a “hacer urbe”. El interés del Simposio consistió en generar un espacio para discutir cómo se experimentan los espacios locales, considerando las visiones, prácticas y vivencias que los habitantes poseen respecto de las ciudades. En este sentido, nos propusimos analizar las redes de intercambio simbólico y material en que participan, las formas de construir fronteras territoriales y la incorporación de prácticas y representaciones ligadas a lo tradicional-moderno. Apuntamos a discutir los aspectos de relevancia instrumentales a los habitantes y a las políticas de planificación de la ciudad, como son las políticas, entre otras, de urbanización, de salud y educación. En este sentido, sobre las políticas de salud tenemos el trabajo de Fleitas. El artículo de Liliana Páez aborda la problemática del ser docente en una provincia como Jujuy. El artículo de Elisa Leiva, aborda la dura problemática de la violencia y maltrato infantil.

La vida en las ciudades es turbulenta y compleja tanto para los actores/ciudadanos de ciudades grandes, como de intermedias o pequeñas.  Las ciudades de principios de siglo XXI se han transformado (a través de los “beneficios” de la tecnología) en ciudades/escenarios globalizantes, en donde los actores locales, gozan y sufren los beneficios y limitaciones de la vida urbana. Los procesos urbanos que se analizan en los distintos trabajos, abordan las complejos transformaciones contemporáneas de lo urbano y cómo los diversos sectores sociales de las urbes construyen el ‘sentido de la experiencia del lugar’, mediante disputas por el control y la apropiación de su entorno. Los trabajos de Godoy, Vilca y Jerez (para la provincia de Jujuy), y los de Girola y Ríos (para la ciudad de Buenos Aires) se han concentrado en analizar, desde diversas perspectivas, las distintas formas de expropiación del espacio urbano. Maria Elena Godoy presenta un diagnóstico de la compleja interacción entre los habitantes de la ciudad de San Salvador de Jujuy y la cuenca del río Xibi Xibi. Viviana Vilca expone las particulares expresiones de las diferencias sociales entre los jóvenes de la ciudad de San Pedro. Omar Jerez indaga las distintas formas de ocupación del espacio urbano de San Pedro, y las tensiones que fueron dando a lo largo de la conformación de la planta urbana de la ciudad entre los sectores populares y otros actores de la ciudad, entre los que se destacan la dirigencia política y la dirigencia empresarial del ingenio La Esperanza.

Los artículos de Girola, Ríos y Lacarrieu, muestran las diferentes caras de una misma ciudad, la de Buenos Aires. Los tres autores se detienen en los procesos de mayor relevancia en las ciudades contemporáneas: relegación urbana, periurbanización y gentrification o recualificación cultural. Parafraseando a Donzelot, estos textos exponen una Buenos Aires simultáneamente constituida en torno de “tres velocidades”, aunque sin duda, atravesadas y articuladas en relación a procesos que aunque diferenciados, coexisten conflictivamente. El trabajo de Florencia Girola reflexiona sobre el proceso de transformación (remozamiento) de la ciudad de Buenos Aires iniciado en los ’90, y se detiene en explorar los espacios urbanos devaluados. Desde esta perspectiva, indaga la manera en que los actores sociales comprometidos en la constitución de estos escenarios locales degradados construyen su peculiar “sentido del lugar”, a la vez que articula una discusión en relación al concepto de relegación urbana, entendido como uno de los principales procesos que, simultáneamente a los de recualificación y periurbanización, envuelven a las ciudades contemporáneas. El trabajo de Diego Martín Ríos explora sobre la articulación entre actores estatales y privados en los procesos de producción del espacio urbano a partir de un estudio de caso en el municipio de Tigre: la urbanización cerrada Nordelta. El artículo de Mónica Lacarrieu da cuenta de los procesos de recualificación urbana en la ciudad de Buenos Aires, enfatizando en el lugar de la cultura en tanto recurso, instrumento de control social y de gestión de la alteridad en el espacio público.

Finalmente, desde una perspectiva macroanalítica, el artículo de Chistian Cao analiza las prestaciones y regulaciones de los diferentes servicios públicos, y presta particular atención a la legislación y a la jurisprudencia, con especial énfasis en la relación usuario–prestador–regulador. En forma paralela, observa la intervención de los distintos organismos de control de reciente aparición en el derecho argentino.

Esperamos que los trabajos aquí publicados contribuyan a nuevas discusiones y comentarios sobre la emergencia de los nuevos escenarios urbanos.

Bibliografía

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Actores locales, escenarios globales: distintas formas de vivir las ciudades

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