Lic. María Elena Yuli*

En este trabajo nos propusimos avanzar en el conocimiento de sectores sociales ya indagados, como los pobres y los “nuevos pobres”[1] en su relación con el Estado. Intentamos explorar cuál es la racionalidad puesta de manifiesto en la difícil relación entre la pobreza, el empleo y las políticas públicas. Cuál es la dialéctica, si es que existe, entre las clases mas desposeídas y la clase política, entendida ésta como la depositaria de la producción de políticas que generen una realidad más justa. Es decir, cuáles son las interacciones que podemos descubrir entre los pobres y el Estado, encargado de llevar adelante por mandato popular, acciones tendientes a paliar esta característica tan acuciante de las sociedades actuales que se ha visto incrementada por la falta creciente de empleo. Cuáles son los resultados de esta interacción? Cómo vive la gente? Cuáles son sus demandas? Qué resultados obtienen?

Revisando el material de campo, percibimos la presencia de estrategias que de alguna manera podríamos describir como ‘no estrategias’, que aluden a condicionamientos sociales, que según Bourdieu[2], derivan de características personales (posiciones de clase, sexo, etnia, …) y producen un sentido de las prácticas que intentamos aprehender hermenéuticamente.

Partimos conceptualmente del fenómeno de la globalización que, aproximadamente desde los 80’, constituye una nueva fase del proceso de internacionalización de las economías. Proceso que no ha producido una distribución más igualitaria de la riqueza, ni de los progresos científicos-tecnológicos, ni un mejoramiento de la calidad de vida, marcando importantes diferencias entre países centrales y periféricos. El desempleo y la pobreza y la brecha en el acceso a bienes materiales y culturales se ha ampliado tanto al interior de los países como entre países y constituyen la consecuencia más clara de una dinámica excluyente. Las modificaciones de las condiciones laborales conlleva la necesidad de adaptación de los trabajadores a los nuevos tiempos económicos.

En este marco, el despido conflictivo[3], tiene consecuencias económicas y sociales, que afectan el entorno familiar y social. Impactos de variada naturaleza no sólo a nivel de los consumos que componen la canasta familiar básica, sino también en lo que hace a capitales menos económicos y más sociales: educación, salud, vivienda, etc, marcan un derrotero distinto de aquel otrora ‘proyecto de vida’(Estado de Bienestar), que obliga a la modificación y reestructuración de la cotidianidad de los involucrados. Cuando esta situación persiste, se cambia aquel proyecto de vida por sólo algunas ‘estrategias de supervivencia’.

La estrategia metodológica es cualitativa y nuestro objetivo exploratorio-descriptivo, siendo la principal fuente de información las guías de entrevistas no estructuradas, realizadas al trabajador despedido[4].

Nos parece relevante describir tres ejes que se construyeron a partir de la revisión de la información que brindaron los participantes: relaciones familiares, lucha por la subsistencia y metas; que entendemos ayudan a comprender la relación planteada.

En este aprehender el sentido de los otros, somos conscientes de nuestros sesgos, propios del intento de analizar e interpretar una realidad compleja. Por respeto a la realidad de cada uno, lo hacemos con sus diálogos, con su sentido de existencia, tratando de ‘vigilar’ -en el sentido bachelardiano- los efectos del orden simbólico al realizar excesivas interpretaciones. Objetivar esa realidad a partir de darle voz a los sin voz, transcribir los relatos sobre su vida cotidiana para que tengan la entidad de ‘existencia públicamente reconocida’, pues se habla ‘de’ ellos más de lo que ellos hablan de sí. Y se habla ‘de’ ellos, generalmente a través de estadísticas oficiales homogeneizando situaciones de subsistencia. Como bien lo plantea Bourdieu “el análisis estadístico puede constituirse en un instrumento eficaz de ruptura a condición de ser consciente de que la aplicación ingenuamente empirista de taxonomías preconstruídas o formales,…neutraliza las relaciones más significativas entre las propiedades pertinentes de los individuos o grupos”[5]

El caso de Villa Mercedes

La ciudad de Villa Mercedes es la segunda ciudad en importancia de la provincia de San Luis, ubicada a 90 kms. al sur de la Capital. Nuestra Provincia, mediterránea e integrante de la Región Cuyo, se ubica geográficamente en el centro del país. Está dividida en nueve Departamentos. En 1991, fecha del último Censo[6], tenía una población total de 283550 habitantes, de los cuales 119442 viven en el departamento Capital y 90138 en el departamento Pedernera al que pertenece la ciudad de Villa Mercedes. De acuerdo a la misma fuente, interesa decir que 23071 habitantes del Departamento Capital viven bajo condiciones de Necesidades Básicas Insatisfechas(19,31%), hay un 20,6%. de viviendas consideradas deficitarias y un 5,4% de viviendas deficitarias con niveles críticos. En el Departamento Pedernera, 13561(15%) habitantes viven bajo condiciones de Necesidades Básicas Insatisfechas, hay un 26,4% de viviendas consideradas deficitarias y el 2,7% de viviendas son deficitarias con niveles críticos; el hacinamiento en este Departamento asciende al 7,1%, mientras que en el Departamento Capital es de 10,2%.

Estos dos Departamentos concentran aproximadamente el 72% de la población total de la Provincia, por lo que existe un fuerte desequilibrio en la distribución de la población, que además tiene un fuerte predominio urbano.

Desde lo económico, es típicamente agraria, con importante participación de población económicamente activa en el sector terciario. A partir de 1983, comienza un desarrollo importante del sector secundario, con la efectiva implementación de políticas de Radicación Industrial, originadas en 1973 con la firma del Acta de Reparación Histórica para las Provincias de San Luis, La Rioja, San Juan y Catamarca. En la Ciudad de Villa Mercedes se radicaron un número considerable de industrias importantes del país como Bagley, Glucovil, Arcor, etc.

Los casos[7]

“Al pie y a la lucha”[8]

Susana tiene 39 años, al momento de las entrevistas(mayo 2000) vive con su mamá (58 años), su papá(68 años) y sus tres hijas. La mayor, hija de su primer relación de pareja, no conoce a su papá y tiene 16 años. Las otras dos de su segunda relación en concubinato, tienen nueve y cinco años. Las tres van a la escuela. El papa y Susana tienen primaria completa, la mamá incompleta. Todos son oriundos de Villa Mercedes. La mamá trabaja de empleada doméstica y suele ser convocada para atender la limpieza de Salas Velatorias. Su papá no trabaja.

El primer trabajo de Susana , a los 19 años, fue en una casa de familia como empleada doméstica. Luego, a los 22 años, trabajó en una fábrica como operaria de la que fue despedida en el año 1993 –después de 7 años de trabajo-, inició juicio y lo cobró en el año 1999.

Actualmente es personal “efectivo temporario” de una fábrica de conservas que sólo está en actividad en la temporada productiva de hortalizas y frutas. Durante ese tiempo Susana es convocada a trabajar, durante varios meses del año no trabaja ni recibe remuneración alguna.

Según su descripción, la casa paterna es muy modesta, vive con sus tres hijas en una pieza “al fondo”, sin vidrios en la ventana –“yo le puse unos cartones”-, con techo de chapa “que se llueve” y en donde duermen, comen y realizan todas las actividades hogareñas. El baño lo comparten con los padres “que viven adelante”.

Previo a vivir con los padres, en 1989-90(las fechas no están claras) alquilaba con su concubino una pieza donde vivían con las tres nenas. Producida la separación en 1993, siguió alquilando un tiempo, hasta que su situación económica la decidió a volver -en Septiembre de 1999- a la casa de los padres y ahí permanece.

1. Relaciones familiares

“Yo no las descuido(a las nenas)[9], yo estoy todo el día con ellas,… salgo con ellas, duermo con ellas en la cama grande,…desde que yo me separé de mi marido se acostumbraron, nunca las deje que duerman solas…”.

“Soy soltera, vivía en concubinato con él, pero era golpeador y en ese tiempo yo trabajaba en la fábrica y él trabajaba en changas…, teníamos la Elisa la más chica y después me quedé embarazada de la otra gordita, empezaron las peleas, … y quise vivir sola ni yo entiendo que pasó..”.

“El chico ese se abrió, el padre de la nena mía, Vanesa (la más grande), compre la nena y después casi más o menos tenía tres años y tres meses y yo trabajaba en la fábrica y ahí conocí al chico este, que es el papá de las dos(las mas chicas)… me fui a vivir con él y vivimos un tiempo así…me dijeron[en la fábrica], que yo tenía problemas con él porque era golpeador y yo no iba bien a trabajar, no me sentía bien para trabajar, estaba mal…, eran celos de él…” “…trabajamos los dos,… y cuando me separé, y bueno me siguió pasando la plata un tiempo él, y con eso pagaba el alquiler… seis o siete años estuve alquilando yo, pero siempre trabajando…”.

“Y más o menos decidí en septiembre(ir a vivir con los padres)…estaba sin plata y no tenía para alquilar y a donde estuve ahí dos o tres meses me prestaron, yo no tenía plata porque mi marido no me alcanzaba la plata a mí”.

“Yo cuando he pedido nadie me dio ayuda, al contrario me han ayudado pero personas de afuera, no de mi familia, porque de mi familia cuando yo no tenía para alquilar nadie me venía a decir toma, paga el alquiler,… y ahora cuando yo tengo(cobro el juicio), todos se vienen a mí…”

“no van mucho las chicas mías, no las dejo ir mucho[a ver a los abuelos], porque cuando están con la familia se pelean ellos lo que quieren es estar solos”.

“… yo pago la luz, yo me pago lo mío, no les saco nada a ellos, si yo los puedo ayudar los ayudo”

“… otros familiares? no nadie, estoy sola, …primos?… nadie, estoy sola, nadie me ayuda”

“…bueno amigos tenía una chica amiga ella estaba cuando yo estaba en las malas, ella me daba aliento para seguir, pero se ha ido…”

“voy a la iglesia San Roque, voy a pedir[rezaba] todo lo que me falte … cuando estaba tan mal la economía, si, pedí tanto que se cumplió todo”(hace referencia a sus ruegos a Dios).

“… una vez fui(a pedir cosas materiales) pero me dijeron que no[en la Iglesia], porque había mucha gente, que no me podían ayudar…”.

“la caja del gobierno, si, la recibí la semana esta” ,…(la recibe)por la sala porque a las chicas les hago control sano, de peso todo, como tiene que ser desde chiquititas, me han sacado una(caja),…de la más grande, yo no quería porque a mi me hace falta, yo soy sola, si o si estoy en (la fábrica) y a veces no cobro esa plata y de que vivo, porque saque la cuenta mi marido fue el 6 de mayo con veinte”(el marido le acercó veinte pesos despues de varios meses).

2. La lucha por la subsistencia

“…antes de trabajar en la fábrica y para seguir viviendo yo sola, soltera con la nena de tres años, yo levantaba quiniela…”.

“siempre me di vuelta, porque no estaba en fábrica no quiere decir que yo no tenía, no yo a lo mejor pedía una moneda me jugaba un número y ya…”. “mi vieja dice como te las(arreglas), es que yo no soy una chica quedada, me agarra la depresión y puedo estar un ratito pero después ahí no más vuelvo a reaccionar y arranco…”

“Después… mi marido no me pasaba más plata así que jugaba un número de quiniela y así sacaba plata y así le iba dando de 20 o 30 hasta que pagaba el mes ,parece que Dios siempre estaba conmigo, la quiniela es lo que me daba a mí, la quiniela sacaba 70, 100 pesos…”

“…saqué 100 pesos casi en la quiniela y así les compré las mochilas y los guardapolvos a los chicos y como después no tenía para alquilar, me fui a la casa de mis viejos hasta que se me arreglara la situación y hace siete meses que estoy ahí, … al pie y a la lucha”.

  1. Las Metas

“Después entré a la fábrica y de ahí no trabajé nunca más en casa de familia porque me acostumbré a ser operaria, me gusta la fábrica, demasiado hago en mi casa, ir a trabajar a otro lado no… no la cambio, es agotador pero me gusta”

“…estar bien nada más yo lo único que quiero estar es bien en economía para mis hijas, … , que no me falte, tener trabajo, darle las cosas que necesitan , ya que mi marido se abrió, se fue, no me da nada, estar bien con mis hijas nada más, es lo único que quiero, tener un techo, y es en lo que ando, me quiero ir a vivir sola con mis hijas, con mi tata no me siento bien…”

“para la casa porque quiero irme de mi casa, eso lo único que me queda la plata porque con la plata que cobre (del juicio cobró la mitad y le deben otro tanto)compre televisor color que no tenía, y un saquito blanco, me compre una motito y no es para matarme la moto la he comprado para pasear, o para trabajar en fábrica y me conviene porque (antes) iba en bicicletita todos los días”.

“no quiero que trabajen (las hijas), quiero que estudien, que sean alguien el día de mañana para que puedan trabajar en una fábrica y ser alguien y no andar limpiando así casa de familia, si yo fui operaria que sea operaria o que entre a un supermercado de cajera cosas así, aspiro algo bueno con ella, entonces me esmero y trabajo para seguir ayudándole a ellas para que sigan estudiando…”.

“…hay que seguir adelante no más, otra cosa…en el trabajo, lo importante es el trabajo, ser alguien el día de mañana…, porque si no trabajo y no les doy yo quien les va a dar, nadie …”.

 “Es una familia muy bonita, somos muy unidos”

Lilian tiene 48 años. Vive con sus padres desde siempre, siendo soltera y también después de casada.

Tiene dos hijos, Sebastián de 23 años que vive con ella y Soledad de 24 años que vive en Córdoba, está casada, tiene un hijo, espera otro y es técnica en marketing.

Se separo cuando sus hijos eran chicos. Estuvo junto a su marido 7 años. Sus trabajos fueron varios: empleada de comercio, modista, operaria de fábrica –de la que fue despedida, hizo juicio y cobró-, actualmente cocinera del restaurant de una Sala de Juego. Aquí permanece desde hace tres años. Su mamá nunca trabajó, su padre es jubilado; cuando estaba en actividad trabajaba en oficinas llevando cuentas corrientes y trasladó a Buenos Aires –en donde residió durante 12 años- porque se quedó sin trabajo, Lilian tenía 17 años. En Buenos Aires Lilian se casó a los 23 años.

Cree que su papá tiene la escuela primaria completa “ni le he preguntado mucho”. La mamá tiene educación primaria completa y Lilian secundaria incompleta. Cuando la familia se instaló en Buenos Aires, su papá enfermó temporariamente, Lilian debió dejar los estudios y comenzó a trabajar para aportar al hogar.

Actualmente, Sebastián trabaja en una fábrica y estudia para terminar el secundario. Viven en casa propia, con los aportes de la jubilación paterna($600) y el trabajo de Lilian y Sebastian, compartiendo todos los gastos.

1. Relaciones familiares

“Yo vivo con mi papá, mi mamá y mi hijo el más chico, mi hija vive en Córdoba está casada, tiene un bebé y está esperando otro, es una familia muy bonita y somos muy unidos”. “…mi vida ha sido buena, buena y espero que siga siéndolo”

“…yo he tratado que mis hijos sean buenos miren que ellos se criaron sin su papá es muy importante su papá en la familia, yo he sido la mamá y el papá pero yo no he querido ser el papá eh, las circunstancias me pusieron ahí…”

“…yo vengo de muy buenas bases en mi familia,   , he tratado de ser muy buena persona y mis hijos también a pesar de no tener su papá, yo he tratado de darle lo mejor, no tanto materialmente sino moralmente, porque yo mucho no les pude dar, porque nunca tuve mucho…”

“Soledad tiene su esposo, su hijito, ellos están muy bien …” “Mi hijo y yo con mi mamá y mi papá, son divinos los dos, cuidándolos un poquito porque ya están viejitos”.

“Yo no frecuento ninguna casa vecina,…, tengo una señora que vive en la esquina de mi casa, tiene siete niños y por ahí no le puedo traer la comida (que sobra del restaurant donde trabaja), pero bueno por ahí la saco y yo se las doy”.

“…no me pasó de buscar(trabajo), yo tengo a mi alrededor un montón de gente que está, hace mucho tiempo buscando y no encuentra…no me pasó porque felizmente tengo mucha gente linda a mi alrededor, … gente buena y gente que me quiere, que me ha ayudado mucho en esto, yo no he necesitado salir y sufrir mucho tiempo por no encontrar trabajo. Yo entré(en la fábrica) porque teníamos una amistad con el gerente y no hizo falta mucha cosa para entrar, solamente decirle que quería trabajar…tengo un círculo a mi alrededor muy lindo, de buenos amigos y de gente que yo aprecio y que me aprecia, pero yo se que cuesta mucho conseguir trabajo”.

2. Lucha por la subsistencia

“…jamás él me ayudó(el esposo) en nada para criarlos, pero ni siquiera para una aspirina, nunca”.

“tampoco voy a decir que estoy super bien no, porque no es así, yo tengo otras amigas mías, parientes que están sin trabajo…y bueno yo como que me quiero adaptar bien, no voy a tener otra oportunidad, actualmente con 48 años que tengo ir a otro lado no puedo, no voy a poder entrar en otro lado… yo lo tengo y lo cuido mucho pero debe ser terrible[estar sin trabajo] porque no hay trabajo y yo protesto muchas veces porque $ 350 nueve horas es mucho el trabajo, llego a casa recansada, trabajo en mi casa, tengo costuras … pero lo tengo que cuidar y no quiero llegar tarde nunca y trato en lo posible ni siquiera de pasar un certificado médico de nada porque uno por ahí tiene sus achaques no, pero para evitar todo problema porque yo se que hay gente que está sin trabajo…”.

“El año pasado Seba me dice yo gano muy poco en la fábrica, me voy a ir de la fábrica, bueno le digo vos tenés 22 años sos un hombre y ya tenés que saber decidir lo que vas a hacer pero pensalo muy bien, porque no hay trabajo, esto es poco pero lo tenés, yo no te puedo ayudar Sebastián,… así que pensalo muy bien, hoy en día realmente no podes elegir, lamentablemente tenés que agarrar lo que tengas ahí y cuidarlo”.

“…yo jamás les compré un libro en la secundaria a ellos, yo los senté y les dije se ponen las pilas y estudian los dos porque yo no puedo más que ayudarlos para que vayan a estudiar, tendrán que estudiar con un compañero que pueda tener el libro, con fotocopias, la biblioteca que soy socia hace años”.

“Soledad estudió en Mendoza, me costó mucho sostenerla, tenía que trabajar horas, era la una de la mañana y yo estaba cosiendo y era las siete de la mañana y yo ya estaba levantada cosiendo, …pero ella tiene una profesión…, todo con la ayuda de mis padres siempre los tuve a ellos al lado, mi esposo jamás me ayudó”.

  1. Metas

“…tiene sus frutos porque ella es una excelente chica y tiene una profesión”(Soledad)

“ mi hijo hay que pincharlo un poco para que estudie…Él terminó el secundario hace como dos años, pero debía una materia, no la podía rendir libre, la tenía que recursar … ahora le dije vos vas a ser abuelo pero vos del secundario vas a traer el título, te cueste lo que te cueste, así que presento un certificado en la fábrica y se lo reconocieron, le dieron todo el turno mañana para que él a la noche pueda recursarla.”

“…yo he tratado de que ellos sean bueno niños y de que lo recuerden siempre, que tienen sus deberes para el prójimo”

“…mi vida ha sido buena, buena y espero que siga siéndolo…”

Análisis

La familia de Susana se reduce a ella y sus hijas. Volvió a convivir con sus padres por la necesidad de tener un techo y no pagar alquiler, aunque su relación cotidiana con ellos es débil. No operan lazos de contención mutua, no se visualizan ayudas entre los miembros de la familia.

Tampoco hay lazos importantes con sus hermanos –dos varones y una mujer- que viven en Villa Mercedes. La relación de sus hermanos con los padres, se reproduce de igual manera que con Susana.

La pareja de Susana con quien vivió varios años –padre de sus niñas más chicas- no la ayuda de manera permanente, sólo alguna vez le acerca dinero. Susana se organiza sola con sus magros ingresos para sostener a sus hijas y cubrir sus necesidades. En la fábrica –dónde actualmente trabaja- gana $150 por mes, no tiene mutual, tampoco sus hijas y sólo obtiene de su trabajo aporte jubilatorio. Cuando faltan recursos recurre al juego(quiniela), su estrategia económica más fuerte.

Tener casa, vivir sola con sus hijas, es su meta a corto plazo. Desea que sus hijas estudien para que lleguen a ser como ella, operarias de fábrica, estrategia reproductiva laboral relacionada con lo educativo y por tanto una vida para sus hijas cualitativamente distinta a la de ella que comenzó a trabajar como empleada doméstica. La educación representa el “ser alguien en la vida” como ella misma lo expresa.

Cuando busca refugio lo hace en la Iglesia. Aunque ha regresado a vivir con sus padres –otra de sus estrategias económicas- esta situación no aporta contención, como tampoco una red familiar más amplia o núcleo de amigos. Sus posibilidades de subsistencia sólo se inscriben en su magro salario, el juego y una caja mensual de alimentos de un programa social del gobierno.

Susana está sola con sus hijas y entiende que sus hijas estarán solas sin ella. Su preocupación más importante es tener trabajo, única garantía de “ser alguien el día de mañana”, reflejando la expectativa de una posición social distinta para ella y sus hijas.

La trayectoria vital de Susana está marcada por el sufrimiento, la necesidad, la soledad, la indigencia, aunque demuestra extremada fortaleza, deja advertir desde sus relatos resignación. Esta es su vida y la acepta, “la lucha”.

Lilian con su oficio aporto al hogar desde el hogar –y con trabajos externos simultáneos- al sostenimiento de sus hijos. Es muy importante la ayuda que recibe de sus padres.

Su familia, es el principal soporte de Lilian en lo afectivo y económico. Sus redes externas –otros familiares y amigos- le permitieron desarrollar una trayectoria laboral que le posibilita tener ingresos permanentes, marcada por un extremo sacrificio. Cubre sus necesidades -aunque “no es de autos, ni de lujos, ni nada, no…”. Sus estrategias económicas unidas a sus metas permitieron el estudio de sus hijos, el trabajo de ellos y por ello sentir que su sacrificio “tiene sus frutos”.

Cuida lo que tiene –su trabajo- porque reconoce que su edad y sus pocos estudios serían determinantes para no conseguir un nuevo empleo. Y lo cuida aún reconociendo lo magro del salario, pero “yo lo tengo y lo cuido mucho, debe ser terrible”[estar sin trabajo], aconsejando a Sebastián en el mismo sentido. La resignación está presente también en Lilian, porque tiene trabajo lo cuida no importa a qué costo (de su trabajo en fábrica quedaron secuelas físicas), con qué sacrifico y con qué salario, no tenerlo sería terrible.

Desde lo material y familiar, las posiciones y trayectorias de Lilian y Susana aparecen objetivamente distintas, porque son depositarias de distintos tipos de necesidades.

A pesar de su carácter voluntarioso, los contenidos informativos de Lilian dan cuenta de una implícita sensación de discriminación – edad y estudios-, características, que según ellas ,operan negativamente en sus condiciones de empleabilidad.

Susana más desamparada social y familiarmente, trasmite la férrea sensación de arreglárselas sola, no tiene una red familiar y social tan fuerte como Lilian, está aislada y librada –junto con sus hijas- a sí misma, contando sólo con su propia fuerza, la que utiliza para producir su ‘propio destino’. Es a ella a la que ahora –por haber cobrado el juicio- recurren la mamá y el hermano cuando necesitan dinero.

Lilian con un capital social y económico distinto y superior al de Susana, propiedades objetivas que las distinguen.

En ambas está presente un ‘efecto de destino’ que contribuye de manera implícita a la constante reproducción de estas condiciones objetivas de vida. También un ‘efecto de naturalización’ que “entraña la inscripción duradera de las realidades sociales en el mundo natural: en donde las diferencias producidas por la lógica histórica pueden parecer surgidas de la naturaleza de las cosas”[10]

No incursionan desde sus diálogos en la necesidad de demandas hacia sus gobernantes por una sociedad más justa, no hay voces impugnando a los políticos por mejores condiciones objetivas sociales y laborales. Sólo hay voces que denotan estrategias individuales a la situación de cada una, voces implícitas que denotan resignación –categoría que emerge con fuerza del análisis-.

Nos preguntamos si la idea de sí mismas -sus identidades sociales-, no son al mismo tiempo una identidad de país y por tanto prioritariamente colectiva. Si esto está en el imaginario de quienes tienen el deber de garantizar derechos sociales a todos, es entendible la falta de respuestas desde lo político para hacer más justo este tejido social tan injusto.

Conclusión

Tratamos de mostrar de qué manera viven los pobres, dándoles la palabra como actores en desventaja en esta sociedad globalizada -pero a la vez privilegiándolos- y así contrastar la sumisión positivista al dato de la que hablamos al comienzo. Cada posición individual, cada familia, cada actor transita muchos y variados caminos de subsistencia, generando estrategias diferenciales, aunque todos inmersos en problemas comunes –pobreza, desocupación, subempleo, falta de mecanismos de inclusión a servicios básicos como educación y salud- . Entonces, ¿cuál es la potencialidad de estos sectores cada vez más excluidos de esta sociedad excluyente?, ¿cuáles son sus demandas y quienes las escuchan? ¿cuál es el sistema de inclusión que las políticas públicas generan para morigerar situaciones de pobreza?. La puesta en marcha de programas coyunturales o aislados –como excepcionalidades, como complemento a ciertas garantías de obtención de algunos recursos- no alcanza y son estos lo que mayoritariamente se observan. ¿Es acaso que la relación Estado-Actores Sociales es muda, sorda? ¿Cuál es la racionalidad política que guía esta relación? ¿La devaluación de las políticas sociales responden a una determinada manera de actividad política y a una particular manera de demandarlas?

Analizar conjuntamente y en su real dimensión el ‘sentido objetivo’ –generalmente desde el Estado- y el ‘sentido vivido’ de las prácticas -desde los actores-, constituye según Bourdieu la superación de una mirada objetivista y subjetivista y por tanto comprender que ambas miradas están imbricadas en el doble sentido de lo real. Esta razón posiciona a poderosos y no poderosos, a políticos y sociedad, al pobre del no pobre, produciéndose prácticas distintas según esos posicionamientos sociales dentro de un campo[11], que generan hábitus[12] de clase determinados.

Así, estamos convencidos que no hay correspondencia entre los hábitus de un campo y otro –Estado y Sectores Sociales más desposeídos-. Los unos ‘resolviendo’ –en el mejor de los casos- sus urgencias de manera individual. Los otros no respondiendo al mandato popular, persuadiendo desde el discurso, defendiendo los intereses que se juegan en su propio campo –el del poder para unos pocos, el de los derechos para unos pocos- desatendiendo a la sociedad en su conjunto. Ser un sujeto social, ser un ciudadano implica el derecho a tener derechos y cada derecho implica un deber. Son los deberes del Estado respetar los derechos del conjunto. Nuestra intención de objetivar la cotidianidad tiene sentido para construir un conocimiento público de estas realidades, única manera que el poder político los tome en cuenta desde sí mismos y no a través de datos homogeneizantes, proporcionando elementos que tengan en cuenta, características más pertinentes: las propiedades de posición[13]. No caer en las trampas sutiles de relaciones directas que generalmente imponen una representación dominante del hecho social.

Nuestros pueblos han perdido su capacidad legítima de demandar –están resignados-, situación condicionada por procesos histórico-políticos en nuestro país y Latinoamérica y esto es lo que, cada vez más, acelera un diálogo sordo, un no- diálogo, entre los sectores que deberían reclamar soluciones y las elites gobernantes. Se requiere de respuestas políticas enmarcadas en nuevos principios que ayuden a organizar de manera distinta los procesos de regulación social y esta es tarea de los gobernantes. Ellos son los depositarios de discutir –y no reproducir ciegamente- nuevos modos de organización, no limitados a paliativos de políticas electoralistas o demagógicas.

Se requiere de nuevos procesos de consensos nacionales e internacionales que apunten a mejorar la condiciones de existencia de los pueblos. Procesos de cambio que mejoren la inclusión de las mayorías sociales a sus derechos y no seguir reproduciendo colectivamente –dentro del campo político- ideologías que sólo sirven a intereses particulares y que se intenta presentarlas como intereses universales y comunes al conjunto. Si esto se entiende, si se hace consciente, podremos encontrar aquella relación dialéctica –hasta ahora inexistente- entre la clase política y la sociedad. Habrán despertado nuevos valores en la clase política, aquellos que nada tienen que ver con sistemas simbólicos que sólo sirven en la función política como instrumentos de imposición legitimadora de un orden social ‘imposible de modificar’. Esta ha sido una forma histórica de hacer política, reforzar la creencia en la legitimidad de un orden inmutable establecido como natural. El poder de “hacer ver y hacer creer, de confirmar o de transformar la visión del mundo…se define en y por una relación determinada entre los que ejercen poder y los que lo sufren, es decir, en la estructura misma del campo donde se produce y reproduce la creencia”[14]

El conocimiento de los mecanismos, estrategias, sentidos, necesidades de subsistencia de los cada vez más amplios sectores sociales desprotegidos, deben constituirse en la principal preocupación política, que obligue y posibilite la acción deliberada y sentida para producir cambios estructurales. No coyunturales, no segmentados socialmente, no puntuales.

Porque, si la consigna sigue siendo reforzar la creencia de un orden social imposible de modificar, se seguirá cristalizando la construcción de una sociedad más desigual y fragmentada. Esta desigualdad no se expresa adecuadamente por una imagen dicotómica de incluidos y excluidos, porque esta imagen pretende que la gente sea sólo espectadora, a la espera de anuncios de medidas –desde puntos concentrados del poder- que afectan sus condiciones de existencia.

La clase política –y sus estrategias- debe ser consciente de las dificultades a sortear para llenar debidamente su función como espacio de encuentro y contención, como realidad natural que defina y potencie la capacidad de cada persona para desarrollar su propio e intransferible proyecto de vida.

La clase política debe imperiosamente modificar sus hábitus, producir nuevas, renovadas y comprometidas prácticas que modifiquen los perversos mecanismos económicos, sociales y políticos que afectan a diversos sectores sociales, que de manera agregada constituyen la mayoría de la población.

“Hacer conscientes ciertos mecanismos que hacen dolorosa e incluso intolerable la vida, no significa neutralizarlos; sacar a la luz las contradicciones, no significa resolverlas. Empero por escéptico que uno sea respecto a la eficacia social del mensaje sociológico, no es posible considerar nulo el efecto que puede ejercer a permitir a quienes sufren descubrir la posibilidad de atribuir ese sufrimiento a causas sociales y sentirse así disculpados; y al hacer conocer con amplitud el origen social, colectivamente ocultado, de la desdicha en todas sus formas, incluidas las mas íntimas y secretas. Pese a las apariencias no tiene nada de desesperante: lo que el mundo social ha hecho, el mundo social, armado de ese saber, puede deshacerlo. Lo seguro, en todo caso, es que nada es menos inocente que el laissez-faire: si es verdad que la mayoría de los mecanismos económicos y sociales que están en el origen de los sufrimientos más crueles… son difíciles de frenar o modificar, lo cierto es que toda política que no aproveche plenamente las posibilidades, por reducidas que sean, que se ofrecen a la acción, y que la ciencia puede ayudar a descubrir, puede considerarse culpable de no-asistencia a una persona en peligro.”[15]

Octubre de 2000

* Licenciada en Psicología y Diploma Superior en Ciencias Sociales. Docente e Investigadora de la Universidad Nacional de San Luis. Argentina.

[1] Se introduce “para hacer referencia a la incorporación de gente ‘distinta’ al universo de la pobreza… gente de categorías sociales distintas çae en situaciones de pobreza… por la dificultad de alcanzar el conjunto de consumos básicos, pero no afectada por las mismas carencias”. Murmis-Feldman en Cuesta Abajo. Los nuevos pobres: efectos de la crisis de la sociedad argentina. Unicef-Losada. Buenos Aires. 1997.

[2] Bourdieu, J. P. Intelectuales, política y poder. EUDEBA. 1999

[3] Entendemos al Despido Conflictivo como la situación por la cual un trabajador despedido, recurre a los estamentos administrativos y jurídicos e inicia juicio al empleador por no cobrar indemnización y por tanto, no estar beneficiado por el Sistema de Seguridad Social.

[4] Determinamos al trabajador con despido conflictivo que deseábamos encontrar, como aquél que antes de producirse el despido gozó de estabilidad laboral no inferior a dos años y, que luego del despido estuvo desocupado no menos de seis meses. Consideramos dos años como pauta razonable en materia de estabilidad y; como pauta de desempleo seis meses, porque entendemos que es un tiempo suficiente para analizar estrategias de enfrentamiento a la crisis que produce la desocupación.

[5] Ibid,. Pág. 26-27.

[6] Mapas de Pobreza en Argentina. INDEC. 1991.

[7] Nos interesó analizar mujeres –aunque nuestro estudio toma sujetos de ambos sexos- porque son ellas, en la situación de desprotección social unida a la inserción en situación de pobreza, las que registran en la mayor parte del país los niveles de calificación más bajos, al igual que sus ingresos. Y porque generalmente, en las trabajadoras, se concentra la actividad productiva, la reproductiva y la generacional; por lo cual sus estrategias deberían ser particularmente distintivas y más problemáticas.

[8] Los textos con comillas corresponden a expresiones de los entrevistados.

[9] Los paréntesis indican agregados a los dichos del entrevistado, para la mejor comprensión del texto.

[10] Bourdieu, J.P. La miseria del mundo. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. 1999. Pag. 121

[11] Definido por Bourdieu como “espacios de juego históricamente constituidos con sus instituciones específicas y sus leyes de funcionamiento propias”.

[12] Bourdieu lo define como “sistemas de disposiciones durables y transferibles, estructuras estructuradas predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes, es decir como principios generadores y organizadores de prácticas y de representaciones… es la historia hecha cuerpo”. Disposiciones durables aunque no inmutables, hay instancias que posibilitan la reformulación desde el propio agente. Implica no desdeñar la historicidad del agente y de sus sistemas de relaciones, sus acciones como producto de actividades racionales que tienen en cuenta costo-beneficio.

[13] Aquellas que según Bourdieu, proporcionan los principios de los hechos que no imponen una representación dominante, que los constituye y los define.

[14] Bourdieu, J.P.. Intelectuales, Política y Poder. Ed. Eudeba. Buenos Aires. 1999.

[15] Bourdieu, Pierre. La miseria del mundo. Post-scriptum. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. 1999. Pág. 559.

Políticos y pobreza

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