La cuestión que se presenta en estas jornadas tiene su origen en la temática abordada en el proyecto de investigación del que formamos parte: “La preservación del patrimonio tangible e intangible: mito, ideología y organización en un contexto socio –histórico”, CBC – UBA, y la vinculación existente entre algunos aspectos del mismo con la indagación acerca de las relaciones entre régimen político y cultura política que viene desarrollando el equipo de investigación de la Universidad de San Luis.
La provincia de San Luis ofrece un escenario particularmente rico en cuanto a las condiciones dentro de las que se plantea “la lucha por la hegemonía cultural, la cual es una lucha inmediatamente política”[1]
El Dr. Adolfo Rodríguez Saá, miembro del partido justicialista, ejerce ininterrumpidamente, desde la recuperación de la democracia en 1983, el cargo de gobernador de la provincia; Las sucesivas reelecciones han sido posibilitadas por la reforma de la constitución provincial, y el consenso expresado a nivel electoral ha tenido una tendencia creciente hasta la última contienda en septiembre de este año, en que se manifiesta un retroceso. Partimos de la aceptación del régimen político puntano como patrimonialista en el marco de la dominación tradicional[2], lo que implica el papel legitimante de la tradición y el libre arbitrio del señor desde “tiempo inmemorial” como así también las prácticas prebendalistas como formas retributivas para con el cuerpo de funcionarios que sostienen la administración.
La existencia de instituciones políticas democráticas no impide la preeminencia del poder ejecutivo, no sólo sobre la administración pública, sino sobre el resto de los poderes del estado provincial. Sobre la base de este funcionamiento del estado, San Luis – con el piso que la Ley de Promoción Industrial de principios de los 80 le brindó – se transformó; de ser una “sociedad conservadora, pastoril, de terratenientes empobrecidos…, una provincia antigua. Hoy es moderna, competitiva, productiva”[3] Los discursos de la modernización, vehiculizados a través de las políticas neoliberales por la vía del conservadurismo político, se articulan a través del discurso populista. Tal como lo plantean Sigal y Verón[4], “la dimensión ideológica del discurso político consiste en preguntarse por la relación de éste con sus condiciones específicas de producción, una de las cuales es la naturaleza del sistema político en el cual el discurso es producido”, vale decir el sistema político democrático. En este marco creemos pertinente realizar un somero recorrido histórico que dé cuenta de la hegemonía del “pensamiento único en el que se articulan conservadurismo político, liberalismo económico y populismo social.”[5]
La crisis fiscal del Estado de Bienestar de fines de los años 60 y su prolongación a lo largo de la década del 70, se traduce también en una crisis de legitimidad de aquella forma de Estado, y el pensamiento conservador que se había mantenido de forma subterránea emergerá, reelaborando los fundamentos de la nueva legitimidad estatal. La “caída” del Muro de Berlín actuará como potenciadora de la creciente “globalización”, no sólo en el sentido de la mundialización de la economía, sino en la “universalización” del sistema democrático a nivel político. Citamos a continuación algunas de las características del neoconservadurismo elaboradas por J. Pinto[6], en tanto permiten dar cuenta de la articulación mencionada:
“Las ideas del neoconservadurismo pueden ser sintetizadas con bastante facilidad, pues el antiintelectualismo del movimiento lo hace expresarse con un discurso extremadamente simple. Hablamos del movimiento dado que es ampliamente abarcativo, pues incorpora ideas de neoconservadores, neoliberales y liberales revisionistas. Lo caracteriza, en primer lugar, un fervoroso anticomunismo militante, el que percibe la necesidad de sustentar a las sociedades democráticas con sólidos valores que las hagan inmunes al avance soviético. Por eso cree en la Verdad – con mayúscula – y rechaza el que considera racionalismo escéptico y relativista del método científico.(…) En segundo lugar, culpa de la defección de las democracias occidentales a los liberales, por aquello que para los neoconservadores es una débil y errónea conducción de la política exterior frente al comunismo(…) rechazan al Estado keynesiano de bienestar y su política de planificación social(…) En tercer lugar, responsabiliza tanto a las universidades como a los intelectuales y, particularmente, a todo aquello que está vinculado a las humanidades y a las ciencias sociales, de las dos situaciones previamente descriptas, el racionalismo escéptico frente a los valores de la sociedad y la pretensión de planificar científicamente la sociedad (coincidencia entre neoconservadores como Voegelin y Leo Strauss, neoliberales como Hayeck y liberales aproximados al conservadurismo como respuesta a los desórdenes universitarios: Lipset, Nisbet, Berger y Bell. Finalmente el neoconservadurismo cree en la necesidad de menos Estado, pero siempre le reserva protagonismo al mismo(Kristol) Acepta, entonces, parte de las tesis económicas neoliberales, no la totalidad de las mismas(…) quiere un Estado reducido pero fuerte, al que le corresponde la responsabilidad de una agresiva política exterior contra el comunismo, “el imperio del mal”. (…)
Como bien señala Pinto, estas ideas, al no ser – como ocurrió en sociedades con una tradición cultural democrática de larga data – “filtradas y decantadas” ideológicamente, se constituirán en el soporte ideológico de las dictaduras militares en América Latina, con las consecuencias conocidas en las instituciones y las sociedades en esta parte del continente.
Es en el marco de la desmovilización social y política, y por consiguiente de la ausencia de un debate en el seno de la opinión pública, que se dará la transición democrática en la Argentina, fuertemente influenciada por las condiciones del proceso de reestructuración del sistema capitalista, la concepción del mundo desplegada por la potencia hegemónica y el peso de la deuda externa. La caída del bloque socialista en 1989, favorecerá la aplicación de políticas públicas dentro del esquema del “pensamiento único”.
Es importante recordar que la prédica de las ideas conservadoras y liberales, desde los años treinta, que llevaron a cabo intelectuales como F.Hayek, L. von Mises, W. Ropke – éste último orientó a través de su discurso teórico “el milagro económico” alemán -, K. Popper, L. Einaudi, J. Rueff, M. Fridman, Meyer, Berger, Kristol, Bell, entre otros, se despliega a través de instituciones como la Sociedad Mont Pelerin, en la organización de diversos congresos, y por medio de publicaciones masivas del Reader’s Digest, con amplia difusión en la sociedad civil norteamericana “la que incorpora sus planteos teóricos como propios al coincidir estos últimos con su lectura cultural de la realidad social”[7] por otra parte al prestigio que implica ser galardonado con el premio Nóbel, como fue el caso de Fridman y Hayek se suma la publicación sistemática de este pensamiento en algunos medios tan prestigiosos como la revista Newsweek, donde el primero tiene una columna permanente desde 1966.
A medida que las ideas utilitaristas ganan adhesiones, se produce una traslación de sus conceptos al lenguaje político; los líderes conservadores de las sociedades anglosajonas de fines de los 70 incorporarán a su discurso populista y conservador las ideas del neoliberalismo hegemónico, las cuales asumidas como propias por los sectores medios, les permitirán ganar la adhesión de los mismos. Ante el fracaso de las políticas keynesianas, países como Francia, Italia y España adoptarán políticas neoliberales, no desde la consubstanciación ideológica con las mismas, sino desde una visión pragmática, defendiendo la integración de la sociedad y rechazando las solas leyes del mercado que conduzcan a la fragmentación social.
En los fundamentos teóricos de nuestro proyecto de investigación afirmamos que cualquiera sea el nombre que le demos, es verdad que en la sociedad capitalista moderna se ha producido un cambio esencial: la Ciencia y la Técnica han pasado a ser las principales fuerzas productivas (como lo afirma Habermas) desapareciendo de esta manera, según Lyotard “la perspectiva de una sociedad sin clases”[8]. Informática y comunicación se han constituido en las claves de las dinámicas actuales del sistema, lo que nos permite pensar en la creciente espectacularización de la política que los medios de comunicación masiva despliegan, reforzando los liderazgos personales que han definido a las democracias en los años 80.
El desarrollo de este “cuadro de situación” tiene como finalidades, en primer lugar, poner en evidencia el proceso de construcción de la dirección ideológico-cultural global como premisa de la hegemonía política y ubicar a la Argentina en este contexto. En segundo lugar, nos permite ubicarnos en la temática específica que es el objeto del presente trabajo.
En función de lo anterior, explicitaremos a continuación las categorías teóricas y metodológicas utilizadas en el presente trabajo, para luego aplicarlas en el tratamiento del corpus compuesto por la selección de notas del Diario de la República que han de constituir nuestra unidad de análisis. Este material al que aplicamos la metodología seleccionada para procesar el análisis del discurso significa la posibilidad de articular la producción periodística con las categorías habermasianas que dan cuenta de la teoría de la acción comunicativa; Un aporte filosófico y sociológico del más contemporáneo y prestigioso representante del pensamiento crítico de Francfurt que constituimos en ‘herramienta’ fundamental para el abordaje del fenómeno de la hegemonía en el mundo de la vida del fin del siglo XX a través del cual la Modernidad dio cuenta del desarrollo de las fuerzas productivas que hoy se manifiestan, privilegiadamente, en la prioridad tecnológica expresada en términos de globalización, fundamentalmente, informática y comunicacional.
ALGUNAS OBSERVACIONES EN TORNO A LA IDEA DE RACIONALIDAD COMUNICATIVA Y SU RELACIÓN CON EL PROBLEMA DE LA HEGEMONÍA
La idea de una interacción dialógica no deformada o no coaccionada entre sujetos hablantes que son miembros de un mundo de la vida “entero” o “íntegro”, constituye el eje rector del planteamiento de la idea de racionalidad comunicativa. La reproducción, socialmente integrada, de un mundo de la vida particular, depende crucialmente de la comprensión mutua y de la coordinación común del habla y la acción de los individuos que, en tanto semejantes, orientan su conducta entendiéndose los unos con los otros. Por lo tanto, el centro cardinal de la imagen teórica de una comunicación no distorsionada, lo constituye el concepto de “entendimiento”.
A la teoría de la acción comunicativa, así, le es propia la representación filosófica y sociológica de una intersubjetividad no mermada y racional que, de acuerdo a su intuición central, asume como tesis radical la posibilidad del reconocimiento recíproco simétrico de individuos no idénticos en el medio fundamental que conforma el lenguaje ordinario en su carácter de universo simbólico originario de la actividad humana.
Al interactuar entre sí, los sujetos hablantes entablan mutuamente la intención de, a) frente al lenguaje, construir emisiones simbólicas con sentido; b) frente al “mundo externo” de estados de cosas y sucesos, efectuar referencias verdaderas; c) frente al marco vigente de valores y normas instituidas que conforman el “mundo social”, observar corrección o manifestar adecuación con sus estándares; d) frente al mundo interno que implica la subjetividad, demostrar sinceridad en la exposición de las vivencias propias.
Puede verse que los sujetos hablantes, al entablar recíprocamente pretensiones de validez susceptibles de crítica bajo los roles complementarios de proponentes y oponentes en el diálogo, respecto 1) del significado ínter subjetivo, 2) de la verdad fáctica, 3) de la rectitud normativa, 4) de la veracidad subjetiva; garantizan entonces con ello que su interacción transcurre sin otra “coerción” que no sea aquélla que provenga de las razones con las que cada pretensión de validez puede ser justificada. La racionalidad viene dada así por las condiciones ínter subjetivas de fundamentación del conocimiento y de la verdad asociada a nuestra acción lingüística.
Los sujetos que dialogan y actúan en el entrelazamiento de su práctica comunicativa cotidiana disponen de un saber de fondo con el que cuentan por ser copartícipes de un mundo socio cultural vivido en común. Las tramas manifiestas de interacción se suceden sobre el trasfondo de la malla más profunda que compone el horizonte de familiaridades basadas en presuposiciones y certezas implícitas con que los sujetos socializados cuentan desde siempre, ya para ejecutar sus “acciones orientadas al entendimiento” en las situaciones cotidianas de acción.
El mundo de la vida se puede reconocer en una doble dimensión de constitución: en sus estructuras simbólicas internas y en los espacios sociales empíricos en que se manifiesta externamente. En el plano de las estructuras internas, en el cual se cumplen las cruciales funciones de la integración social, Habermas distingue tres instancias: la “sociedad”, entendida básicamente como el conjunto de instituciones, normas, asociaciones y organizaciones que regulan el orden colectivo de la interacción, la “cultura” como síntesis plural de las tradiciones que elaboran los sistemas vigentes de interpretación del mundo; la “personalidad” en tanto identidad individual y competencia interactiva de los sujetos socializados.
En cuanto a la faz del “espacio social” en que se despliega, todo mundo vital, además, se presenta como región de la intimidad rutinizada como vida privada, y, puertas afuera, como redes informales de comunicación que conforman la base de la esfera de la opinión pública, que es, por esencia, el ámbito de formación democrática de la voluntad común de los ciudadanos.
En cierto modo el mundo de la vida moderno es coextensivo con el espacio institucional de la sociedad civil. El sistema político se inserta en los contextos del mundo de la vida a través de las instancias intermedias de las asociaciones y organizaciones informales de la opinión público-política. La opinión pública es el espacio social de la acción comunicativa generada más allá de las fronteras de la intimidad.
La distinción entre un “sistema” y un “mundo de la vida” permite identificar un ámbito de la praxis política en el que se ínter seccionan los impulsos modernizadores del mercado capitalista y de la burocracia estatal, con los efectos cosificadores y patológicos que ejercen en las tradiciones culturales y en las identidades colectivas de una comunidad societal. Mientras que la esfera privada de raíz familiar aparece al subsistema económico como entorno de la producción y realización de la mercancía, la esfera de la opinión pública político-cultural, aparece al Estado como entorno de la obtención de “legitimación” (ideológica), bajo la forma de lealtad de las masas. En este marco definido por la necesidad de legitimación del Estado capitalista como lo que nos interesa es subrayar sólo uno de los micro mecanismos que se verifican en esa mediación legitimante en que una estructuración clasista del poder y la dominación, articula una determinada relación ideológica entre Estado y sociedad civil en la que aparece el fenómeno de la hegemonía.
Según nuestra perspectiva para comprender una práctica hegemónica es necesario comprender el carácter ideológico de una representación simbólica legitimadora del dominio, por esto procuraremos seguir ahora el tratamiento que ha efectuado Habermas sobre las relaciones entre Poder – Cultura – Ideología.
La problemática clave en este punto la ofrece el concepto de interpretación de las necesidades, entendidas las mismas como deseos de posesión de objetos pulsionales. La mediación simbólica entre pulsiones intrasubjetivas y normas intersubjetivas se produce en el plano de la identificación e interiorización de un modelo. Según Habermas: “El deseo de tener, es decir, el deseo de poseer y gozar del objeto pulsional de que se trate, viene hasta tal punto mediado por el deseo cultural de ser como el modelo, que la satisfacción de las necesidades puede quedar conectada con la condición cultural de cumplir normas reconocidas. Por esta vía las necesidades primero prelingüísticas quedan transformadas en expectativas de comportamiento intersubjetivamente válidas. A éstas las llama Parsons “valores culturales”. Podemos decir que a los “valores” encarnados en normas sociales y convertidos así en vinculantes, les “subyacen” necesidades, quedando estas necesidades “interpretadas” a su vez, por dichos valores culturales”[9]
El modelo, esto es, la simbolización intersubjetiva de las necesidades en sistemas normativos y estándares valorativos históricos, tiene como prerrequisito un consenso públicamente formado; lo que, a su vez, significa que el modelo dispone una satisfacción legítima. La satisfacción legítima de una necesidad, por lo tanto, requiere de un acuerdo común sobre lo permitido y sobre lo prohibido. De aquí que la ruptura o menoscabo de un consenso universalizable sobre lo que queremos y podemos, señale el pasaje hacia la descomposición de los valores en puros intereses. Así, los “intereses” son necesidades sustraídas al diálogo común y a la interpretación acordada públicamente, quedando atrapadas por ello en una lógica egocéntrica de lo particular y lo privado.
En su aspecto coercitivo estricto, el Poder corresponde a la lógica estratégica de la acción que procura realizar intereses.
Habermas ha llegado a distinguir entre una clase negativa de fuerza que proviene de un poder represivo monológico, de un tipo positivo de fuerza que surge de un poder comunicativo dialógico. En el contexto de su debate con Luhmann, Habermas define el Poder como la capacidad de los individuos o grupos de impedir a los otros la defensa de sus propios intereses. La utilización manifiesta o latente de la fuerza coercitiva (negativa) del poder, la entiende a su vez como violencia mientras que, siguiendo a Weber, concibe al poder legitimado por el asentimiento del sometido como dominación.
Habermas expuso su concepción general sobre el Poder en los siguientes términos: “En la medida en que las interacciones no quedan coordinadas a través del entendimiento, la única alternativa es la violencia que los unos ejercen contra los otros (de forma más o menos sublimada, de forma más o menos latente. No es otra cosa lo que quiere decir la distinción tipológica entre acción comunicativa y acción estratégica. Pero el concepto de poder (Macht) prefiero reservarlo para el plano de los plexos de acción (o de la sociedad. Por una parte, me inclino con Hanna Arendt a considerar las convicciones comunicativamente compartidas como una fuente de poder legítimo y la práctica comunicativa cotidiana del mundo de la vida como generador de un poder reconocido sin coacciones. Por otro lado, resultan útiles, tanto el concepto weberiano de dominación (Herrschaft) (en el sentido de mezclas de poder-violencia institucionalizadas) como el concepto de poder de Parsons (como medio generador de estructuras sistémicas). Por medio de una integración de estos tres conceptos (Gewualt, Herrschaft, Macht) trato de encontrar un planteamiento adecuado para un análisis crítico de las estructuras de clases. Con el concepto de poder articulado en términos de teoría de la comunicación podemos hacer comprensible la institucionalización de relaciones de violencia (Gewualt) como una transformación de la violencia en un poder (Macht) provisto de la apariencia de legitimidad. Cuando se introduce la violencia[10] como alternativa al mecanismo de coordinación de la acción que representa el entendimiento, se obtiene, además, la ventaja de no perder de vista las formas de ejercicio indirecto de la violencia que hoy predominan”[11]
En el párrafo precedente es visible que Habermas inscribe el fenómeno de la dominación como legitimidad atravesada de violencia, en el ámbito en que Gramsci sitúa la intervención de la hegemonía, a saber, en la misma vida cotidiana. En su exhaustivo estudio El Proyecto de Gramsci, R. Díaz-Salazar explica que la reflexión sobre la Hegemonía viene íntimamente ligada a la reflexión sobre la relación coerción-consenso y su articulación privilegiada en el espacio público político-cultural, que ya hemos indicado como central desde el enfoque comunicativo de Habermas: “ El concepto de consenso en los Quaderni es elaborado con relación a la temática de la hegemonía. El consenso se opone a la coerción o coacción y mediante él Gramsci diferencia la dirección intelectual y moral de la sociedad del dominio. En el pensamiento gramsciano consenso significa capacidad de transformar los intereses meramente corporativos en intereses solidarios para articular un bloque histórico creador de un nuevo tipo de sociedad. Si el consenso -en cuanto dirección de diversos intereses que van siendo articulados y formación de una nueva opinión, una voluntad y una praxis públicas- se diferencia de la coerción como instrumento del dominio, esto significa que la obtención del consentimiento ‘espontáneo’ de las masas a un determinado proyecto de hegemonía ha de entenderse como la aceptación de la legitimidad del mismo, la integración en él, y la participación activa en su construcción. Mediante el arte en la formación de un consenso de masas, la hegemonía del proletariado no aparece como una imposición de clase, sino como una propuesta de articulación y construcción de un tipo nuevo de sociedad.” (11)
Asimismo, Díaz-Salazar señala específicamente la otra cuestión central para la comprensión de la hegemonía, que nosotros ya previamente consideramos a partir de los fundamentos de la teoría de la acción comunicativa, a saber, el “espacio social” en que opera, referido a la esfera de “opinión pública”. Como continúa explicando Díaz-Salazar: “ Para lograr y preparar el consenso de las masas para que éste llegue a ser ‘espontáneo’ y ‘vivido’ por éstas es necesario conseguir modificar las costumbres, la voluntad y las convicciones de grandes núcleos de población hasta lograr adecuarlos a los fines del proyecto hegemónico. La dirección de los órganos de formación de la opinión pública constituye una tarea esencial, pues, según Gramsci, ‘las ideas y las opiniones no nacen espontáneamente en el cerebro de cada individuo: han tenido un centro de formación, de irradiación, de difusión, de persuasión, un grupo de hombres o también una singular individualidad que los ha elaborado y presentado en una forma política de actualidad’. A través de los múltiples aparatos de formación de la opinión pública, el ideal es obtener un consenso activo y directo, lo cual será un indicador de la expansión del proyecto hegemónico, de la implicación participativa de las masas en el mismo, y de la capacidad dela clase hegemónica para hacer avanzar a toda la sociedad.” (12)
También H. Portelli, en su célebre estudio sobre el concepto de “bloque histórico” , coincide en plantear la centralidad que tiene para la construcción hegemónica el control del espacio de la opinión pública. Así, luego de aclarar que para Gramsci la función hegemónica se ejerce sobre toda la sociedad, de modo que “la clase fundamental a nivel estructural dirige la sociedad por el consenso que obtiene gracias al control de la sociedad civil; este control se caracteriza fundamentalmente por la difusión de su concepción del mundo entre los grupos sociales -que deviene así ‘sentido común’- y por la constitución de un bloque histórico al que corresponde la gestión de la sociedad civil”(13); indica posteriormente que en esto cumple un rol central “democrático”, junto a la división de poderes, “el fenómeno de la opinión pública, ‘punto de contacto entre la sociedad civil y la sociedad política’; en este caso, la clase dirigente utiliza la sociedad civil para un resultado político determinado…” (14)
En la medida en que, para Habermas, Weber y Arendt representan paradigmáticamente los modelos negativo y positivo del poder político: imposición de la propia voluntad vs. acuerdo de la voluntad común, el criterio de demarcación exigido viene impuesto por la “sustancia” diferencial de que se compone en cada caso el consenso, a saber, como consentimiento instrumental a la autoridad política o como acuerdo comunicativo público de las voluntades particulares. Al respecto, Habermas observa: “Macht significaría entonces la movilización del asentimiento de los miembros de una comunidad para los fines colectivos, es decir, la disponibilidad de los miembros para respaldar a la dirección política, mientras que Gewualt significaría el disponer de recursos y de medios de coacción en virtud de los cuales una dirección política puede tomar e imponer decisiones vinculantes para realizar los fines colectivos (…). La fuerza generadora de consenso de una comunicación que busca el entendimiento se opone a este poder instrumental porque el acuerdo, cuando se lo busca en serio, es un fin en sí mismo, y no puede ser instrumentalizado para otros fines. El entendimiento de aquellos que deliberan para actuar en común -’la opinión en la que muchos se han puesto públicamente de acuerdo’-, significa poder en la medida en que descansa sobre convicciones, esto es, sobre esa peculiar coacción no coactiva con que se imponen las ideas”[12]
El poder, ya en su dimensión estratégica, ya en su dimensión dialógica, se halla compuesto siempre de una dualidad de consenso-coerción. El problema de la legitimidad política no hay que buscarlo tanto en el polo del consenso (presencia/ausencia), sino en el polo de la coerción que, a partir de lo dicho, podríamos subcategorizar en “instrumentada” y “fundamentada”, en base a la naturaleza del consenso en que se apoya. Frente al problema de la legitimación en relación a su momento coercitivo, metodológicamente deberíamos formular una pregunta más o menos así:
¿Proviene éste de su fundación en el discurso público racionalmente formador de una voluntad colectiva, o surge en cambio de la represión instrumental manifiesta o latente de los intereses y la conciencia de los sometidos?
Y éste es el problema a dilucidar que nos remite directamente a la referencia fundamental entre acción comunicativa y acción estratégica desde el punto de vista de la praxis política.
Para Habermas, la política incluye legítimamente en su esfera de acción, tanto la formación comunicativa de poder como la competencia estratégica por el poder. A propósito de esto Habermas aduce: “A la adquisición y afirmación del poder político hemos de distinguirlas tanto de la dominación, del ejercicio del poder político, como de la generación del poder político. En este último caso, más sólo en éste, podemos recurrir al auxilio del concepto de praxis. Ningún ocupante de las posiciones de dominio puede ejercer el poder y ningún otro puede disputarle su poder político si esas posiciones no están ancladas en leyes e instituciones políticas, cuya existencia reposa en última instancia en opiniones comunes, en la opinión “en la que muchos se han puesto de acuerdo públicamente” (…) pero no por ello podemos excluir del concepto de lo político el elemento de la acción estratégica. La violencia (Gewualt) ejercida a través de la acción estratégica vamos a entenderla como la capacidad de impedir a otros individuos o grupos la percepción de sus intereses. En este sentido la violencia ha figurado desde siempre entre los medios de adquisición del poder político y de la afirmación de una posición de poder”[13] (…)
“La violencia estructural no se manifiesta como violencia, sino que más bien, sin hacerse notar, bloquea las comunicaciones en las que se forman y propagan las convicciones generadoras de legitimación. Esta hipótesis relativa a la existencia de barreras que impiden la comunicación, que no son menos eficaces por pasar inadvertidas, puede explicar la formación de las ideologías, puede hacer plausible cómo llegan a formarse convicciones con las que los sujetos se engañan sobre sí mismos y sobre su situación. A estas ilusiones dotadas de la autoridad de convicciones comunes las vamos a llamar ideologías”[14]
Resulta una cuestión decisiva la satisfacción pública de las necesidades; en tanto que la coerción o coacción ideológica se dirige (y he aquí la raíz de la “dirección”) a la represión de las necesidades, que se ejerce por vía de una obstrucción simbólica en la autopercepción de los intereses de los dominados. Así como decimos que el poder que se ejerce sobre el impedimento de la satisfacción de las necesidades de los sometidos, se haya mediado simbólicamente: requiere del efecto semántico de la “dominación” que funde ideológicamente legitimación y violencia en la satisfacción otorgada. Y si la articulación semántica entre violencia y legitimidad – incrustada en los modelos normativos-valorativos es la que efectivamente logra el consentimiento de los dominados, la represión de determinadas necesidades tiene como resultado clave, que los propios dominados no las pueden hacer emerger a la esfera de la lucha política colectiva bajo la forma de intereses comunes.
La pregunta metodológica que surge a esta altura, es la siguiente:
¿Qué mecanismo semántico opera aquí para que la imposibilidad de percibir los propios intereses actúe como justificación de la contención y control de necesidades de las masas subalternas que han de ser postergadas y silenciadas en su cumplimiento?
Dos aspectos coefectúan la gramática de la coerción ideológica: 1) las necesidades reprimidas son confinadas a lo inconsciente y por lo tanto, no son ya susceptibles de verbalización individual ni comunicabilidad intersubjetiva por parte de los afectados; 2) la coercibilidad o lo coactivo ideológico, adopta la forma semántica de una sustitución, esto es, de una satisfacción desplazada y fantasmática.
Debe notarse con esto que la satisfacción sustitutoria-ilusoria de las necesidades reprimidas requiere de un soporte semántico que la legitime socialmente: Habermas encuentra dicho soporte ideológico en el mecanismo simbólico de la idolatrización: “El ídolo, una figura superpoderosa fingida por el colectivo, satisface virtualmente deseos enérgicamente reprimidos a condición de una disponibilidad a la obediencia, ligada a una identificación, es decir, a condición de que se lo “adore”. En este nivel la semántica del “deseo de tener” queda asociada una vez más con la semántica del “deseo de ser como un modelo”. Se trata de la repetición colectiva del deseo infantil de identificación con una persona ejemplar, para dar secundariamente una satisfacción pública, siquiera sea virtual, a los deseos de tener, es decir, a los deseos de poseer objetos pulsionales, que fueron en principio expulsados de la comunicación. Este mecanismo de la formación de ídolos puede explicar cómo las imágenes del mundo cumplen la paradójica tarea de legitimar las normas que aseguran el dominio, aunque éstas no puedan satisfacer la pretensión de justificación que les es inmanente: repiten una vez más, más ahora en el plano de las necesidades ya interpretadas pero reprimidas, convertidas otra vez en monológicas, la operación que inicialmente efectuó la cultura de integrar una estructura pulsional prelingüística en una estructura comunicativa de la acción. Las imágenes del mundo legitimadoras del dominio sirven a la formación de ídolos al amalgamar por segunda vez ambas categorías de deseos. Esto explica por un lado: que la satisfacción substitutiva de tipo fantástico se alcance por el rodeo de la figura venerada y que las gratificaciones substitutivamente otorgadas queden vinculadas a la condición de una disponibilidad a la obediencia frente a las expectativas del ídolo; y por otro, la transformación, asegurada a través del ídolo, de la satisfacción condicionada de los deseos en una justificación de las prohibiciones asociadas con la satisfacción substitutiva. El orden institucional, que impone renuncias a las pulsiones, queda convertido en mandato de un ídolo otorgante y legitimado así como orden bueno.”[15]
ELEMENTOS DE ANALISIS DEL DISCURSO REFERIDOS AL CORPUS SELECCIONADO
El tratamiento de esta temática nos ha puesto en situación de analizar los ejemplares de El Diario de la República a partir de la última semana del mes de febrero de 1999 hasta el día 31 de mayo incluido del mismo año. Diversos y variados discursos se suman, al cabo de esta exposición, en calidad de descripción que posibilita la explicación de las hipótesis sostenidas en nuestro proyecto de investigación.
El enfoque de la teoría de la acción comunicativa, que aquí adoptamos como marco de referencia conceptual principal, autoriza a conectar metodológicamente con determinados sucesos empíricos, siempre que resulten aprehensibles en categorías pragmáticas aptas para dar cuenta de las interacciones simbólicas que se entretejen en el lenguaje ordinario que regula la vida cotidiana, precisamente haciendo justicia a su discursividad constitutiva. Asimismo, debemos tener en cuenta que Habermas establecía que el análisis de los fenómenos de violencia estructural o violencia simbólica, debían ser tratados en términos de la dimensión ideológica de las acciones comunicativas. Desde este punto de vista, consideramos que una estrategia metodológica como la propuesta por el “Análisis del Discurso” en la versión de Eliseo Verón, resulta, como encuadre general, sumamente apropiada a nuestros propósitos, aun en la forma selectiva en que lo haremos aquí, de vincular algunos conceptos teóricos con categorías empíricas descriptivas. Téngase en consideración que Verón parte de la tesis de que la dimensión ideológica de un discurso consiste en la relación que el mismo entabla con sus condiciones sociales de producción. Lo cual es especialmente pertinente para un análisis que, como el que encaramos aquí, apunta a la faz ideológico-política de un contexto hegemónico concreto de la herrschaft social. A propósito consignan Verón y Sigal lo siguiente:
“Como todo comportamiento social, la acción política no es comprensible ‘fuera’ del orden simbólico que la genera, y del universo imaginario que ella misma engendra dentro de un campo determinado de relaciones sociales. Ahora bien, el único camino para acceder a los mecanismos imaginarios y simbólicos asociados al sentido de la acción es el análisis de los discursos sociales. (…) Analizar los discursos sociales no consiste en estudiar lo que los actores sociales ‘dicen’ por oposición a lo que ‘hacen’, puesto que el análisis del discurso no es un análisis de contenido y no se limita a la descripción de las representaciones conscientes y explícitas que los actores tienen de sus propios comportamientos o de los comportamientos de los demás.”
“El análisis del discurso es indispensable porque si no conseguimos identificar los mecanismos significantes que estructuran el comportamiento social, no sabremos tampoco lo que los actores hacen.”
“(…) lo que interesa al análisis del discurso es la descripción de la configuración compleja de condiciones que determinan el funcionamiento de un sistema de relaciones sociales en una situación dada. La caracterización de esas condiciones, no como condiciones “objetivas”, sino como condiciones de producción del sentido, es lo que abre el camino a la aprehensión del orden simbólico como matriz fundamental del comportamiento social, y de las estructuraciones de lo imaginario como red compleja de representaciones engendradas en el seno mismo de las prácticas sociales.”[16]
El otro aspecto decisivo de este enfoque es que Verón y Sigal consideran que la relación del discurso con sus condiciones sociales de producción (para nosotros, el contexto hegemónico del espacio público político-cultural sanluiseño) afecta directamente la generación lingüística de los mecanismos de enunciación. La investigación de la dimensión ideológica de la acción comunicativa en tanto redes interdiscursivas, apunta directamente al proceso enunciativo como objeto privilegiado del análisis del discurso en determinados ámbitos semánticos. Con el fin de abordar los mecanismos enunciativos de las producciones ideológicas en cuestión, consideramos pertinente la inclusión de una serie de categorías que nos permitan efectuar los recortes analíticos necesarios para situar los niveles de abstracción que nos conducirán desde el campo discursivo hasta las redes y nudos semánticos que conforman la superficie significante del corpus discursivo seleccionado.
Definimos un campo discursivo, con Maingueneau, como aquellos “espacios en los que un conjunto de formaciones discursivas está en una relación de competencia en sentido amplio, delimitándose recíprocamente…”, considerando asimismo que un “campo no es homogéneo: hay siempre dominantes y dominados, posicionamientos centrales y periféricos”. Para nosotros, entonces, dicho campo discursivo viene constituido por el espacio social puntano que se corresponde con la esfera de la opinión pública. Allí registramos las formaciones discursivas en las que se manifiestan las luchas por la construcción del poder hegemónico de determinados grupos dominantes. Respecto del uso de la noción de formación discursiva, nos atendremos a la siguiente consideración de Vasilachis, cuando afirma que “… el discurso es, fundamentalmente, aquello por lo que y por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que quiere uno adueñarse. Así el centro de interés para [Foucault] reside en ver a los discursos como series regulares y distintas de acontecimientos considerando que la unidad de los enunciados depende más del espacio en el que los diversos objetos se perfilan y continuamente se transforman que de su referencia al mismo objeto. Ese objeto, lejos de servir de referencia para vincular un conjunto de enunciados, está constituido, pues, por el conjunto de esas formaciones.”
Consideramos que en el campo discursivo ya identificado, la formación discursiva preeminente es aquella que viene conformada por las ideas conservadoras y neoliberales articuladas a través del discurso populista, fundamentales para la organización de las representaciones sociales, entendidas las mismas como “construcciones simbólicas individuales y/o colectivas a las que los sujetos apelan o las que crean para interpretar el mundo, para reflexionar sobre su propia situación y la de los demás, y para determinar el alcance y la posibilidad de su acción histórica.”
Al interior de esta formación discursiva encontramos el espacio discursivo, esto es, el subconjunto del campo discursivo referido al discurso del partido gobernante. A su vez, en este espacio discursivo específico cabe distinguir un nivel gramatical profundo (Verón) de la superficie discursiva que nosotros hallamos representada en el corpus de notas seleccionadas del Diario de la República. Debemos aquí aclarar que nuestra perspectiva se sitúa exclusivamente en el nivel de superficie de la enunciación, dejando de lado el análisis de las gramáticas profundas de producción y recepción.
Adoptamos como criterio estrictamente empírico de los mecanismos de enunciación la identificación y señalamiento de las marcas textuales en las que se verifiquen las redes semánticas que dan cuenta de determinadas constantes de significación. De nuevo, con Vasilachis, consideraremos que las “redes semánticas están formadas por un conjunto de términos, de palabras, de vocablos, de ítems lexicales, que se reiteran en un texto entendido como unidad semántica y que se refieren a actores, relaciones, contextos, procesos, fenómenos, estados, objetos.”
Por otro lado, cuando el texto se ubica en el interior de una formación discursiva, “las redes semánticas superan los límites de cada texto particular y coadyuvan a la consolidación de los modelos interpretativos de la realidad presupuestos por los hablantes. Los términos, los vocablos que se reiteran en las redes semánticas constituyen los nudos de esa red y representan señales, marcas que orientan el sentido de la interpretación.”
El corpus referido adquiere su dimensión ideológica si nos situamos en el “relato” del destino de grandeza del pueblo puntano, que ha permanecido en situación de mera “potencia” desde las guerras por la Independencia, sin que su realización se tornara posible hasta el gobierno del Dr. Rodríguez Saá. Es a partir de 1983 que ese destino comienza a encarnarse en logros crecientes en todos los ámbitos de la vida personal y colectiva.
Es en aras de acrecentar este progreso, este orientarse hacia el futuro que será necesario reformar la Constitución Provincial, para que el gobernador pueda continuar liderando este proceso de cambio que irá insertando a San Luis – ya no más la provincia pobre, despoblada, sino una moderna y competitiva en el país, la región y el mundo. La caída del muro de Berlín permitirá la expansión de las ideas neoliberales y la reducción del horizonte de la acción política, la cual estará en manos de líderes audaces que conservando los valores tradicionales, lleven adelante los procesos de modernización que la nueva situación del mundo requiere, interpretando las necesidades del pueblo en el sentido que Habermas le otorga al concepto de necesidades( deseos de posesión de objetos pulsionales), el ámbito de la opinión pública, en tanto espacio social de la acción comunicativa es el espacio donde “toda necesidad intrasubjetiva prelingüística cobra un reconocimiento intersubjetivo por efecto de su incorporación al sistema de normas vigentes” lo que implica en la esfera del mundo de la vida la sustracción de la necesidad que queda en el inconsciente obturándose el proceso de verbalización de la misma. En este punto es que se produce la sustitución a través de la identificación e interiorización de un modelo construido intersubjetivamente.
En este punto pasaremos a indagar algunos artículos de EL DIARIO DE LA REPUBLICA que dan cuenta de la transformación de los valores en intereses, la que se hace evidente – de un modo central, aunque no excluyente- en el marco de las políticas sociales, lo que en el marco categorial de Habermas se reconoce como una acción estratégica, como práctica clientelar.
Si consideramos que el Ídolo que articula simbólicamente las representaciones sociales de la opinión publica sanluiseña es el “destino de grandeza del pueblo puntano”, habremos de reconocer en una serie de imágenes y de prácticas las objetivaciones necesarias de esa figura idolátrica cuya mediación principal corre a cargo de la propia persona del gobernador. En estas objetivaciones, tanto individuales como colectivas, quedarían confirmados los horizontes de realización de aquel presunto destino de grandeza, cuyas condiciones sociales de producción remiten a los procesos de modernización motorizados por la acción política y económica del Estado provincial. Resulta pertinente así ensayar una topología preliminar que sirva heurísticamente a exponer el modo en que se orientan y articulan las mencionadas objetivaciones. Teniendo en cuenta que tales encarnan, en rigor, las configuraciones discursivas de la dirección política e intelectual que ha de permitir satisfacer solo las necesidades “otorgadas”, a saber, las que vengan mediadas por la intervención hegemónica del Estado, lo que quiere decir, en tanto impuestas por las representaciones sociales asimiladas al universo simbólico idolatrizante del “destino de grandeza”, corporizado en el presente caso en Adolfo Rodríguez Saa.
El rasgo fundamental del objeto discursivo que tratamos, es decir, el corpus seleccionado del Diario de la República, es su capacidad para dar cuenta o autorreferir la casi totalidad de los ámbitos de la vida publica sanluiseña. Por cierto, dicha propiedad discursiva responde también a sus condiciones sociales de producción, de las que sobresalen el hecho de que se trate del único periódico de alcance provincial, siendo además propiedad de la familia Rodríguez Saa, al igual que los principales medios de comunicación de la provincia. Estos aspectos son de por si suficientes para revelar la centralidad que tiene en la construcción hegemónica de poder, el control de la opinión publica. Dado que en nuestro marco conceptual de referencia informado por la teoría de la acción comunicativa, ocupa un puesto central la división analítica del espacio social real en un sistema y un mundo de la vida, nuestra tipología se referirá necesariamente a dicha composición interna del cuerpo social. No nos sorprenderá comprobar entonces que la singular capacidad de abarcar la totalidad de las dimensiones del espacio social puntano que demuestra el Diario de la República, se constate en su posibilidad de penetrar, pesquisar y describir cada ámbito particular que conforman las dimensiones internas referidas. Concretamente, el periódico, como medio de comunicación y órgano de formación de la opinión publica privilegiado, es capaz de dar cuenta de las experiencias individuales y colectivas registrables en cada nivel de constitución de la vida comunitaria en su conjunto: de la sociedad, de la cultura y de la personalidad, así como de la economía y de la administración publica; es decir, del mundo de la vida y del sistema burocrático-mercantil.
En función de ello es que hemos organizado nuestra tipología de los artículos seleccionados del periódico que se corresponden con los niveles anteriormente enunciados:
1) Personalidad: “cartas de agradecimiento” y “distinciones al gobernador”.
2) Cultura: celebraciones religiosas, propaganda realizada respecto a la candidatura presidencial del gobernador (dimensión de la cultura política.
3) Sociedad: entrega de viviendas en el marco de las políticas publicas.
Cabe destacar aquí que en el corpus de notas elegidas en el periodo febrero-mayo, es visible, como mecanismo utilizado en el tratamiento de diversas temáticas por el periódico en cuestión, una determinada “secuencia”. Maingueneau define esta categoría en referencia a la organización del texto, como una “sucesión de configuraciones orientada por unidades (proposiciones) secuencialmente vinculadas y que progresan hacia un final (Adam 1989:203. Según este autor, hay cinco tipos de secuencias: narrativa, descriptiva, argumentativa, explicativa, dialógica.” Asimismo, dentro de este esquema conceptual se observa la existencia de una “dominancia secuencial”, es decir, de una articulación orgánica y constante de determinados tipos de secuencias predominantes a lo largo de la cadena enunciativa. En nuestro caso verificamos en la presencia, constatable sobre la superficie discursiva de determinadas noticias, de un tipo descriptivo disfrazado de narraciones, lo que pone en evidencia la efectuación de un mecanismo enunciativo dirigido a poner de relieve una intervención estratégica burocrático-mercantil de la dirección política, encubierta bajo la narración de un acontecer cultural y social, o sea, bajo la cobertura de objetividad de un seguimiento neutral de sucesos cotidianos mas o menos espontáneos.
Efectivamente, de acuerdo a la topología de los artículos antes referida, esto es particularmente observable en el nivel de la Cultura, en cuanto al tratamiento que encuentran las celebraciones religiosas. Las notas referidas a las actividades con que se celebra la festividad provincial del “Cristo de la Quebrada”, aparecidas los días 24,25,27 y 28 del 4/99 y 2,3,4,5 del 5/99, ponen de manifiesto el dispositivo de instalación de una temática especifica a lo largo de un cierto periodo de tiempo, obedeciendo a los parámetros de la dominancia secuencial. Así, en el marco de los valores religiosos tradicionales en los que EL DIARIO DE LA REPUBLICA inscribe el desarrollo de las festividades paso a paso, se “informa” sobre las acciones de la administración pública en lo referente a seguridad, sanidad, cifras que cuantifican recursos de infraestructura y control de flujos humanos, servicios generales, espectáculos y entretenimientos, como así también de las características “mercantiles” durante el transcurso de la conmemoración. Con ello vemos como el periódico articula enunciativamente, por medio de la estrategia de una determinada dominancia secuencial, la intervención sistémica de la burocracia y el mercado en un acontecimiento civil del mundo de la vida, ideológicamente transfigurado, es decir, legitimante para el receptor-lector, bajo el dispositivo de la “instalación” pseudonarrativa de las noticias encargadas de exponer como observadores neutrales el desenvolvimiento temporal de una fiesta popular.
Citamos a continuación algunos fragmentos de los artículos de las fechas señaladas que consideramos pertinentes en cuanto a redes y nudos semánticas.
CULTURA
MAS DE TRES MIL PERSONAS INGRESARON A LA VILLA EN LOS ULTIMOS DIAS
Mas de 3.000 personas, ya llegaron a Villa de la Quebrada para permanecer allí hasta el próximo lunes 3, cuando se celebre la festividad central. Este año habrá un nuevo sistema de recolección de residuos a cargo básicamente de una empresa privada, y se insistirá en evitar el derroche de agua potable. Habrá mas de cien baños, diez nuevas playas de estacionamiento y la Municipalidad esta en condiciones de habilitar unos 500 puestos comerciales, aproximadamente.
Cifras del ‘98
Las autoridades Municipales de Villa de la Quebrada creen que este año volverán a superarse las expectativas de concurrencia de gente a las tradicionales festividades patronales de esa localidad, donde el año pasado se contabilizaron mas de 150.000 peregrinos. (27/4/99)
Quince mil personas por día en el Calvario
Se estima que mas de 15.000 personas alcanzan el punto mas alto del Calvario por día. (3/5/99)
Cien mil peregrinos
En la jornada de ayer solamente, ingresaron a la Villa de la Quebrada unas 24.000 personas, lo que sumado a las cifras anteriores hizo un total superior a las cien mil personas en los tres días……(4/5/99)
MILES FE FIELES SALUDARON Y VIVARON A NUESTRO SENOR DE LA QUEBRADA
Una multitud de fieles, provenientes de distintas provincias argentinas, participaron ayer el acto central en honor del Cristo de la Quebrada. La procesión se realizo desde las 16:00 y duro cerca de 35 minutos. Asistió el gobernador Adolfo Rodríguez Saa y funcionarios provinciales y municipales. (4/5/99)
….puesto que este año se exigirán también mayores condiciones de seguridad, por ejemplo, a los locales bailables y se realizará una vigilancia estricta en cuanto a la observancia de las dos ordenanzas por las que se estableció una zona de exclusión religiosa. (27/4/99)
….Al respecto, el comisario Jorge Pereyra, jefe del operativo, informó que hasta las 8 de la mañana habían ingresado un total de 9.855 vehículos y aseguro que con respecto al año anterior, el operativo actual ha tenido un éxito mayor, teniendo en cuenta la reducida cantidad de denuncias recepcionadas. (3/5/99)
….Por su parte la Policía de la Provincia, que había instalado un control en cercanías a la capital y varios al ingreso a Villa de la Quebrada, incluyo efectivos y cadetes, además de motorizados, que ayer en la tarde recorrieron y ordenaron el paso de la procesión. El operativo policial concluirá recién hoy al mediodía. (4/5/99)
DISMINUYO LA CANTIDAD DE HECHOS DELICTIVOS
San Luis. Es claramente positivo el balance realizado por la Policía en lo referente a la seguridad en Villa de la Quebrada durante los tres días en que duro la fiesta de esa localidad del departamento Belgrano.
…A diferencia de los años anteriores, este año hubo una escasa cantidad de personas detenidas gracias a la mayor y mejor ubicada presencia policial en las calles del pueblo, que actuó como un elemento disuasivo sobre muchos delincuentes. Según el jefe policial, el menor índice en la comisión de hechos delictivos en esta ocasión, en relación a los últimos años, se debió a que “cada ano se va puliendo un poco mas, el operativo de seguridad, se van viendo y subsanando las falencias”…..(4/5/99)
Detalles de la festividad
Este año la recolección y tratamiento final de la basura estará a cargo de una empresa privada contratada por la Municipalidad. Aportará tres camiones y colocará doce contenedores en las principales calles del ejido urbano…
. Unos 500 puestos comerciales están en condiciones de ser habilitados por la Comuna. Ya comenzaron las inspecciones y se espera que a partir de hoy comience a llegar el grueso de los vendedores’ fundamentalmente de artículos religiosos.
. Estarán habilitados mas de cien baños públicos, de los que unos treinta son responsabilidad directa de la Municipalidad. Habrá inspecciones durante todos los días de la festividad para ver si reúnen las condiciones para estar habilitados(estarán a cargo de personal de Saneamiento Ambiental, municipal, Defensa Civil y Bomberos)… (27/4/99)
Carpas
Las autoridades de Defensa Civil y de Sanidad, siguen preocupados por la gran cantidad de personas que optaron por permanecer en carpas en la villa y sus alrededores…..
El peligro está en la posibilidad de algún accidente automovilístico cerca de las carpas o de una crecida del rió……
Comercios
La gran cantidad de puestos de venta instalados en la villa llaman la atención de los visitantes por la gran variedad de productos que exhiben y ofrecen. Desde ropa a artículos electrónicos pasando por los rubros de alimentación y santería. Todos ellos debieron abonar un permiso que según los rubros estuvo entre cien y setecientos pesos para desarrollar la actividad….
La mayoría de los comerciantes asegura que la venta ha sido satisfactoria y esperan que durante él ultimo día de la festividad, las personas se acerquen a los locales porque habrá ofertas especiales. (3/5/99)
UN PRESIDENTE PARA EL NUEVO SIGLO
Un presidente capaz de ofrecer nuevas soluciones. Con toda la experiencia necesaria para afrontar los retos del nuevo siglo.. Alguien que conoce las claves de la política moderna, abierto al dialogo y a la cooperación Un hombre preocupado por el futuro de las nuevas generaciones y el avance tecnológico de nuestro país. (28/3/99)
Un líder capaz de ofrecer soluciones y respuestas
Lleno de nuevas ideas e iniciativas. Que ha hecho de San Luis una gran provincia y hará de la Argentina un país muy grande….Adolfo Rodríguez Saa es el presidente que todos queremos(26/2/99)
PERSONALIDAD
Ya no sólo San Luis reclama un país diferente, sino el pueblo todo.
Nuestro país nos impone el apoyo a la eficacia y dinámica de un nombre para la Presidencia de la Nación: Dr. Adolfo Rodriguez Saa, cuya gestión en San Luis nos exime de comentarios Por ello lo acompañamos en este desafío del fin del milenio
Ernesto Grillo hijo. Presidente del Automóvil Club de San Luis, Comisión Directiva y Socios (25/2/99.
Es tiempo de sostener la candidatura del Dr. Adolfo Rodríguez Saa a la presidencia de la Nación.
Porque sostener su nombre, es elegir la certeza de un horizonte solidario para el pueblo Argentino. Una administración eficaz y sobre todo un proyecto colectivo como el que ya ha impuesto en nuestra Provincia, que nos permita definitivamente reconocernos.
Antonina Valenti de Pezzini
Gerente General de Previsora San Luis, Pempri y Farmacia Puntana (26/2/99)
Cartas a la directora
Reflexión sobre periodistas
…..y tendrán por conducta brindar información real y formar al Pueblo con una opinión acertada.
Mi disgusto es con el comportamiento de periodistas y medios de información de San Luis y del país que han denigrado su profesión ejerciéndola con falta total de seriedad y respeto hacia el precandidato presidencial justicialista y gobernador de nuestra provincia. El Dr. Adolfo Rodríguez Saa quien hace ya 16 anos gobierna nuestra provincia por expresa decisión del pueblo sanluiseño, lo que lleva a deberle respeto por su investidura y su persona, pues ha sido varias veces electas por una enorme mayoría de votos. Por ello me indigna que, como habitantes de nuestra Provincia, no defendamos a este hombre, a quien, como militante justicialista he reprochado a veces el manejo partidario, pero sin que esto me impida reconocer su gran obra de gobierno, que no fue fácil llevar a cabo por los inconvenientes antes mencionados, por una oposición sin formas ni proyectos, y hoy por un sector del periodismo.
Todos los habitantes de San Luis debemos reconocerlo lo que hizo por la Provincia, y lo que nos posibilito realizar. Como habitante de San Luis y justicialista, pido al periodismo que trabaje con la verdad, formando la opinión del Pueblo con seriedad y respeto, y no con bajeza y ruindad….y haciendo gala de una total negatividad y falta de propuestas que hacen mas difícil la vida del pueblo…..sonando tener un presidente puntano y rindiéndose un homenaje a quienes, por decir sus verdades no los silenciaron ni con la muerte; Y junto con ellos, a los verdaderos periodistas de hoy y de siempre. Gracias. (23/4/99)
“NO SE PUEDEN CONDENAR LOS ANHELOS DE LA COMUNIDAD”
Jorge Alberto Cangiano, opinó que el rector Alberto Puchmuller ha convertido a la Universidad Nacional de San Luis en un bastión político radical” y que asume un papel “sectario, dándole la espalda a la comunidad, que se pronunció a favor de la creación de la Universidad Nacional de Villa Mercedes”
…pensando nada mas que en sus propios intereses. Agregó “que no se pueden condenar los anhelos de toda una sociedad, negarnos y limitarnos el crecimiento educativo, que es el crecimiento como comunidad”….(4/4/99)
DISTINCION PARA EL GOBERNADOR RODRIGUEZ SAA
San Luis. El gobernador y precandidato presidencial del justicialismo, Adolfo Rodríguez Saa, serán distinguidos hoy en la Capital Federal con el “Cetro de Grandeza a la Función Publica”… recibirá la distinción como gobernador y estadista en el marco de la 118 Honra de los Valores del Genero Humano, dedicada a “la Grandeza en la Función Publica”… (29/3/99)
SOCIEDAD
Martín Redrado
….definió a Adolfo Rodríguez Saa como” uno de los pocos lideres políticos que propone hacia el futuro y habla de los temas que le interesan a los jóvenes’…
MANIFIESTO DE LA NUEVA GENERACION PARA UNA ARGENTINA GRANDE
Somos integrantes de la generación que consolida la identidad argentina…
Tenemos paradigmas distintos a los de quienes detentan el poder en los últimos años……
Las pautas culturales que compartimos, nuestras vivencias, criterios rectores, experiencia y la fuerza generacional , nos hace sabedores de que podemos brindar una alternativa valida para la solución de los problemas argentinos….
La caída del Muro de Berlín, el fin de la Guerra Fría y de la polarización mundial, nos indican que han desaparecido los antagonismos que llevaron a las confrontaciones sectoriales, para dar paso a una nueva forma de resolución de problemas, a través del entendimiento. Esta nueva metodología de convivencia debe instrumentarse en la Argentina…
Por eso postulamos que la mejor forma de fomentar el progreso y la igualdad en el ejercicio practico de los derechos fundamentales de todos personajes establecer la base de una verdadera igualdad de oportunidades en el acceso al conocimiento…
Los años 90 HAN PUESTO FIN AL MODELO DEL Estado Asistencial, el aparente triunfo de las concepciones neoliberales significan un desafió para reconstruir el mundo de las ideas…
La lógica de los tiempos y el país requiere nuevas ideas, nuevas propuestas y el liderazgo de una nueva generación. (9/4/99)
ENTREGARON 109 VIVIENDAS EN EL SUR DE LA CIUDAD
Planes “Puntanito” y “Viva San Luis”
..”.En este contexto la visión que ha guiado al Gobierno y que ha permitido un posicionamiento competitivo de la misma en el ámbito nacional e internacional esta basada en un fundamento libre y sólido, el centro de esta política y de toda acción gubernamental es el ser humano”…
INAUGURAN NUEVO BARRIO EN EL NOROESTE
Una nutrida comisión integrada por los nuevos vecinos, que viene trabajando juntos desde hace bastante tiempo, se encargo, junto a la Dirección Provincial de Desarrollo Habitacional de organizar el acto de entrega, que se caracterizara “por la exteriorización de la alegría que sentimos al recibir nuestra vivienda propia y festejar con bombos y platillos un logro mas de este gobierno que encabeza Adolfo Rodríguez Saa, que siempre ha cumplido y concretado las obras que ha emprendido”, según comentaron los mismos vecinos. (3/3/99)
Quisiéramos por ultimo explicitar el carácter aproximativo y selectivo que ha pretendido nuestro tratamiento de las unidades empíricas de análisis constituidas por la superficie discursiva del corpus de El diario de la República, sin pretender agotar la multiplicidad y complejidad de los dispositivos enunciativos y estrategias gramaticales que allí tienen lugar.
Nuestro análisis se ha limitado a exponer las conexiones mas inmediatamente visibles que se verifican en la estrategia de construcción del poder hegemónico sobre la base de una formación discursiva, que, en el espacio de la opinión publica puntana, se rige por las representaciones sociales de la articulación neoliberal- conservadora a través del discurso populista, vehiculizadas a la materialidad textual que componen los artículos de su principal órgano de prensa.
Nuestra averiguación metodológicamente sustentada en el análisis del discurso, ha arrojado la conclusión preliminar de que la opinión publica puntana es un espacio simbólico del mundo de la vida en el cual la interacción de la “acción estratégica” del discurso burocrático-mercantil no actúa de un modo transparente, es decir, apela a la distorsión ideológica que representan las objetivaciones discursivas de un “destino de grandeza”, que no realizan las propias masas subalternas con sus asociaciones civiles autónomas comunicativamente formadas, sino exclusivamente la figura idolátrica que representa el “todopoderoso” gobernador de la provincia. Las “necesidades” de la sociedad civil son así sustraídas y desplazadas a los “otorgamientos” de otra figura idolátrica: A saber, la realización de los “intereses” de la dirección hegemónica que representa.
*Autores: María Cristina Tomadoni- Gerardo Oviedo (UBA)
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[1] GRÜNER, Eduardo, “¿Otro discurso sin sujeto? Apuntes sobre el poder, la cultura y las identidades sociales”, en Revista El cielo por Asalto, Buenos Aires, verano 1990/91.
[2] WEBER Max, Economía y Sociedad, FCE, México, 1944.
[3] GILBERT, Abel, “Sexy, SAADIE”, en Revista Rolling Stone, Abril 1999. (pp. 46/50).
[4] VERÓN, E., SIGAL, S., Perón o Muerte, Legasa, Buenos Aires, 1986.
[5] Ibid.
[6] PINTO, Julio, Neoconservadurismo y consolidación democrática en Argentina, en PINTO, Julio (comp.), América Latina en la última década. Repensando la transición a la democracia, Oficina de Publicaciones CBC, UBA, Buenos Aires, 1994.
[7] Ibid.
[8] LYOTARD, Jean FranÇois, La condición posmoderna”, Edit. Cátedra, en Le Débat, …
[9] Ibid.
[10] El destacado nos pertenece. M.C.T. y G.O.
[11] HABERMAS, J., La lógica de las Ciencias Sociales, Macrid, Tecnos, 1988, (página 389)
[12] HABERMAS, J., Teoría de la acción comunicativa, Complementos y Estudios Previos, Madrid, Cátedra, 1989. (página 459)
[13] Ibid. páginas 217 -218.
[14] Ibid. página 221.
[15] Ob. cit., 1988. Páginas 393 -394.
[16] Ibid.