Por Susana Finquelievich,
Coordinadora de la Comisión de Trabajo “Innovación tecnológica y sociedad”, ALAS XXII:
¿Cuáles son los nuevos campos de investigación en la sociología latinoamericana? Los estudios sociales de las innovaciones tecnológicas se están abriendo camino lento pero seguro. Así lo probó el hecho de que, por primera vez existiera una comisión de trabajo sobre el tema en el 22º Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS XXII). Este evento tuvo lugar en Concepción, Chile, del 12 al 16 de octubre. En la Comisión se presentaron 30 trabajos de cientistas sociales de Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, Venezuela y México. Las presentaciones argentinas superaron el 50% del total.
¿Es la sociedad de la información una nueva conformación social, o se trata de una evolución dentro de la misma lógica estructural? Surgen dos posturas: la de quienes adhieren al surgimiento de una nueva sociedad caracterizada por el optimismo tecnológico y la ubicuidad informática, y quienes entienden que se trata de una prolongación evolutiva de la sociedad industrial. En ambos casos la circulación de información es un lugar de coincidencia. Otros trabajos encuentran en las contradicciones de la sociedad cibernética las herramientas para combatir las estrategias dominantes de control social y proponen la apropiación de sus tácticas para subvertir el control utilizando el correo electrónico y la velocidad que caracteriza a este modelo como elemento de desestabilización. Frente a la vulnerabilidad de la herramienta, se propone la reapropiación de la misma, en tres niveles: el entorno tecnológico, la interacción y la interactividad.
Una de las preocupaciones recurrentes se centró sobre la difusión de las tecnologías “push” en Internet –que llevan la información a la computadora del usuario, en vez de que éste navegue el ciberespacio en su búsqueda-, impulsadas por la necesidad de los empresarios de poner sus productos al alcance de masas crecientes de consumidores. Estas tecnologías convertirían al ciberusuario en un sujeto semipasivo, que perdería el espíritu de navegación y descubrimiento de la World Wide Web. Como contrapartida, surgen nuevos usos sociales de Internet. Uno de los mas significativos son las redes electrónicas comunitarias, nuevas formas de organización social que extienden en el ciberespacio las organizaciones comunitarias existentes o crean nuevas organizaciones. Estos grupos incrementan sus potencialidades mediante el uso de Internet dado que pueden darse a conocer, informar a la comunidad sobre sus objetivos y formas de trabajo, ganar respaldo y sobre todo, reposicionarse en las estructuras de poder locales. Lo que tienen en común es su actuación en redes horizontales, en una suerte de recuperación de las formas tradicionales de la democracia directa y de la vida comunitaria.
Interactivas, capaces de relacionar comunidades académicas lejanas en mega-reuniones electrónicas, las universidades virtuales son otro uso de la telemática destinado a revolucionar las formas de aprender, pensar e investigar en la comunidad académica. Lejos del elitismo que se las ha acusado en un primer momento, se revelan como propuestas capaces de integrar regiones como el Mercosur o todo el subcontinente en el quehacer científico.
A la vez, se multiplican los actores sociales en la Red. Los gobiernos locales la usan para comunicarse entre sí, en redes electrónicas de municipios, o para establecer una comunicación más fluida con los ciudadanos. Se ha señalado, sin embargo, que si bien las administraciones públicas usan la red, los políticos aún no han encontrado en ella una forma innovadora para difundir sus actividades y proyectos en forma diferente a la que usan en la actualidad en diarios y carteles urbanos.
Por último la Comisión propuso reflexionar profundamente sobre los modos de construcción de procesos, aplicaciones y herramientas informáticas y biológicas. La comprensión de la tecnología, íntimamante ligada al estudio de la sociedad, se ha reconocido como indispensable. En momentos en que se producen cambios en el concepto “lo posible” -todo puede llegar a ser posible-, se plantea la necesidad de generar estudios críticos sobre los impactos que pueden producir las nuevas tecnologías en la cultura, la comunicación y las estrategias dominantes de control social.