Silvia Anguiano de Campero[1]

Introducción

El mandato social de “vivir en familia” es una norma universalmente exigida. El “tener” una “familia” es parte inclusive de los requisitos para acceder a determinados mecanismos de transferencias de ingresos monetarios como subsidios de diversas clases, (especialmente por parte del Estado). La familia se instituye para la transmisión hereditaria, tanto de la riqueza como de la pobreza, algo no previsto por la norma universal. Por esto, nuestro objeto de estudio fueron las estrategias de reproducción familiar, esto es el modo en que los pobres cumplen con el mandato social de vivir en familia. Porque es en estas familias donde aprenden a ser pobres, donde aprenden los modos de diferenciación y las prácticas económicas y no económicas que reproducen el orden social.

Entendemos que a ser pobre se aprende. El pobre es socializado para que se acostumbre a vivir en su estado de pobreza y dentro de las fronteras territoriales donde se lo margina. El pobre se habitúa a ser pobre, a aceptar la precariedad del suelo y el techo compartido, la estrechez habitacional y la falta de dinero. El conformismo trae aparejada la baja autoestima, la desvalorización de la propia vida. Este conformismo y baja autoestima son el factor que los discrimina como «irresponsables» (¿de qué puede ser responsable el pobre?), el estigma que los señala como culpables frente al ciudadano «decente y digno». El pobre está construido socialmente como pobre. La construcción de la pobreza desde la mirada del investigador ha privilegiado «la carencia» como criterio de diferenciación y ha contribuido a estigmatizar la pobreza. Nos proponemos reconstruir esta mirada desde la construcción que desde su propia situación efectúan los pobres. Por ello, nuestra investigación se dirige a desarrollar una acción tendiente al descubrimiento de estos criterios diferenciadores en la historias de vida de aquellos que viven y han heredado la pobreza, a descubrir los bienes que se juegan en este campo y que generan un interés por su adquisición, a precisar las instituciones y organizaciones que intervienen ( e interfieren) en este campo y contra las que, muchas veces, se lucha por imponer las definiciones de las estrategias y comportamientos que se consideran legítimos para los que están en esta situación.

La pobreza se ha construido como campo con autonomía relativa donde diversas instituciones luchan por acceder a la representación de los pobres: las instituciones estatales y los políticos, los diversos cultos religiosos y sus iglesias, y recientemente, las O.N.G. (Organizaciones no gubernamentales) quieren acceder al propio lote de pobres, a la carencia específica, que justifique su ocupación.

Sin duda la acción de estas instituciones y organizaciones diversas constituyen un recurso y pueden conformar un foco de interés para el desarrollo de estrategias familiares en familias en situación de pobreza, pero ello no significa una aceptación de los pobres de los criterios que estas instituciones y organizaciones les intentan imponer. Esta no aceptación, es sentida y conceptualizada como «resistencia» al cambio por aquellos que al desplegar su propia estrategia de ayuda reciben el rechazo de los criterios que solapadamente se intenta imponer, de los propios criterios de diferenciación que implícita o explícitamente les impone quien realiza la ayuda.

De este modo nos propusimos estudiar las estrategias familiares en familias cuya situación objetiva de carencia los clasifica como pobres, que la percepción de los habitantes de la ciudad los encasilla como «marginales», y por lo tanto, «peligrosos» o «amorales» (un entrevistado perteneciente a una institución que trabaja en el barrio donde realizamos nuestro estudio nos subrayó que «los pobres no tienen moral», es imposible enseñarles a no ser promiscuos, a creer en Dios y de hacerles entender la necesidad de cambiar de hábitos).

Nuestro interés por este tema se relaciona con nuestra investigación previa sobre la estructura y organización familiar en Villa Mercedes (San Luis) que nos impulsó a profundizar en los aspectos más relacionados con la defensa de la calidad de vida principalmente de aquellas familias sobre las que es necesario plantearse líneas de acción que permitan superar su situación actual hacia modos no excluyentes de organización social.

El concepto de exclusión social sólo puede comprenderse adecuadamente con relación a su opuesto, la inclusión social, que significa englobar al conjunto de la población en el sistema de instituciones sociales y que participe en sus beneficios. La inclusión es un principio sinónimo de ciudadanía, entendida como el ejercicio universal del derecho a tener derechos, garantizando que ninguna persona queda fuera de lo que podríamos llamar condición humana y permitiendo el desarrollo pleno de la capacidad creativa del individuo en el marco de la equidad en la distribución de recursos. La inclusión se funda en los valores colectivos que constituyen la ética social.

Nuestra investigación de las estrategias de reproducción familiar en familias en situación de pobreza reconoce en la perspectiva teórica de Pierre Bourdieu su inspiración y es abordado desde lo métodologico con técnicas cuantitativas sobre una muestra intencional a cien familias del Barrio San José de la ciudad de Villa Mercedes, Provincia de San Luis, y desde la perspectiva microsocial privilegiando el ámbito de la experiencia de lo cotidiano con técnicas de recolección de datos y análisis cualitativo: entrevistas en profundidad e historias de vida.

La Investigación se encuentra en la etapa de recolección de historias de vida (segundo año) restando un año para análisis de la información y redacción de informe final.

La ciudad

La ciudad de Villa Mercedes se encuentra ubicada en la Provincia de San Luis  y es la ciudad cabecera del Departamento Pedernera. Se cree que fue fundada en diciembre de 1856, a orillas del Río Quinto con el nombre de Fuerte Constitucional. En 1861 su nombre fue cambiado por Ley, por el de Villa Mercedes o el de Villa de Mercedes según documentación de la época con ambas denominaciones. Fue declarada ciudad en 1896, y cabecera del Departamento Pedernera en 1906.

Durante su primer siglo de existencia se consolida como centro urbano inserto en una región principalmente ganadera; desarrollándose una industria relacionada al agro, compuesta por un molino harinero, frigoríficos, curtiembres, saladeros, etc. Su población crece a un ritmo sostenido por políticas estatales que desde su fundación signaron el destino de la zona, favoreciendo la inmigración desde provincias vecinas: asentamiento de un «fuerte» en tiempos de su pertenencia a la capitanía de Chile (Fortín Las Pulgas), habitado por soldados, la fundación de la ciudad como Fuerte Constitucional en 1856 donde su predio dividido en noventa y dos manzanas es distribuido entre hombres de armas y algunos «ciudadanos» más. Asiento del Regimiento 4 de Caballería hasta 1937; la llegada del ferrocarril a fines del siglo pasado y la prolongación de la línea férrea a Retiro en 1912 y hasta Chile en 1913, que contribuyó a caracterizar su fisonomía urbana extendida desde el «centro» a la «estación» separados por unos tres kilómetros con dos centros comerciales; el asentamiento del Regimiento 3 de Bombardeo de la Fuerza Aérea en 1934 y la creación de la Quinta Brigada Aérea en Villa Reynolds en 1949.

El fuerte crecimiento poblacional experimentado en los primeros cincuenta años, la convierten en un centro urbano que crece a un ritmo mayor incluso que la propia capital de la provincia. A partir de entonces el crecimiento se mantuvo estacionario principalmente afectado por la redistribución geográfica que afectó a las provincias del interior debido al crecimiento económico experimentado por Buenos Aires que funcionó como polo de atracción poblacional. En este período, desde la década del cuarenta y hasta 1970 la población se empieza a concentrar en las ciudades pasando de un 30 por ciento de población urbana en la provincia, a un 60 por ciento.

Nuevamente una política nacional, la de Radicación Industrial, durante las dos últimas décadas impulsa un notable crecimiento económico y poblacional de la provincia afectando principalmente a los dos centros urbanos de mayor importancia: la ciudad capital y la ciudad de Villa Mercedes.

La transformación experimentada por la provincia puede evaluarse a partir de algunos datos relacionados a la producción por sectores de actividad, desde 1980 a 1994 (a precios constantes de 1986).

 

Sector

AÑOS

PRIMARIO SECUNDARIO TERCIARIO
1980 28,93 21,79 49,28
1985 17,19 43,73 39,08
1990 6,45 67,65 25,90
1994 5,24 67,63 27,13

FUENTE: DIRECCION DE ESTADISTICA Y CENSOS
El fuerte crecimiento de la actividad industrial también pude apreciarse en las cifras del Censo Nacional Económico donde se registra que en la Provincia de San Luis en 1985 se censaron 805 establecimientos fabriles con 9.900 empleados directos y en 1994 las cifras fueron de 897 locales con actividad manufacturera y 22.097 empleados directos.
Esta transformación desde una ciudad pequeña de comerciantes, ganaderos, empleados públicos, empleados de comercio, escaso número de profesionales y persona de oficio a una ciudad en crecimiento con fuerte predominio del sector industrial, ha diversificado su estructura social reinsertando antiguos estratos en nuevos estratos, como el de empleadas domésticas ahora incorporadas como obreras y el de trabajadores agrícolas devenidos en obreros industriales; han aparecido nuevos estratos como el de empresarios y gerentes; han desaparecidos oficios y han sido reemplazados por otros conectados a la actividad industrial. Ha aumentado el número e importancia de actividades comerciales proveedoras de materiales de construcción, de talleres de reparación de maquinarias, depósitos de chatarra, etc.
Las consecuencias que este proceso de radicación de industrias ha desencadenado en todos los niveles en que podemos analizar la población son importantes y complejas.
La ciudad de Villa Mercedes desde el censo de 1970 al de 1991 ha pasado de 40.052 a 77077 (Cifra que corrige los resultados provisionales publicados por el Indec San Luis. Serie B Nº 19 que consignaba 77.137 pobladores; que nos fuera proporcionado por la Lic. Ines Blois de la Dirección de Estadística y Censos de la Provincia de San Luis) como se observa en el siguiente cuadro:
Población de Villa Mercedes

AÑOS

 

CANTIDAD DE HABITANTES
1970 40.052
1980 50.992
1991 77.077

Su crecimiento demográfico llegó así a duplicar, durante la última década, el promedio nacional: su tasa media anual de crecimiento fue de 28 por mil. La proyección para el año 2000 (sin censar todavía) superaría los cien mil habitantes.

El barrio San José

El barrio San José está situado a orillas del Río V, límite sur de la ciudad, y asociado a la pobreza sin tiempo. En sus orígenes, fue poblado por los trabajadores del matadero municipal (faena de animales para el mercado), hombres diestros con el cuchillo en las tareas de desposte del ganado para su comercialización y de achureras, mujeres destinadas a la limpieza de las entrañas del ganado. En la memoria de los habitantes del centro de la ciudad, gente pobre, peligrosa y pendenciera.

Sede del prostíbulo de la ciudad, donde se podía beber, jugar a las cartas y tener sexo lejos de las miradas de las familias «decentes» de la ciudad, y donde los jóvenes de estas familias decentes eran iniciados en la vida adulta .

Lugar de emplazamiento del Cementerio municipal, fuente de recursos adicional para sus pobladores por medio de la venta de flores.

El cierre del matadero municipal cedió el paso al frigorífico «La Morocha» que conoció épocas de auge con exportaciones internacionales y que después de sucesivas quiebras y reaperturas, que duraran varios años en su tramitación, ha vuelto a ponerse en marcha al ser comprado por una empresa. Nacional (Quickfood S.A), que exporta en forma creciente. Este frigorífico se sitúa en el límite norte del barrio que es el sector de viviendas populares característico de clase media.,

Una empresa de lácteos emplazada en el sector más pobre del barrio, en el límite sur muy próximo al río, constituida por capitales locales, también tuvo un período de buena producción en la década de 1970, y el edificio, después de su quiebra, ha sido ocupado por un grupo de familias.

Nuestra puerta de acceso al barrio San José fue la Organización Cáritas de la Iglesia (Católica ) San José situada en el corazón de este barrio. Las familias que envían sus hijos al comedor de Cáritas, fueron las seleccionadas para entrar en contacto con otras familias que no envían sus hijos a este comedor pero que comparten la situación de pobreza.

Las estrategias familiares de vida

El estudio de las estrategias Familiares de Vida, se ha destacado como una vía teórico metodológica fértil ya que ha permitido unificar bajo un concepto integrador muchos comportamientos (económicos, sociales, demográficos) que se estudiaban en forma independiente, e integrar, a su vez, los diferentes enfoques psicosociales, antropológicos, sociológicos proporcionando un criterio para sistematizar el conocimiento teórico metodológico.

La perspectiva analítica a la que habitualmente estuvo asociado el estudio de las Estrategias Familiares de Vida es la del estudio de los «estilos de desarrollo»[2]. El concepto de estilos de desarrollo hace referencia a la forma de concebir los objetivos políticos y los medios con que serán alcanzados estos objetivos para alcanzar el desarrollo económico social en una sociedad dada. Las estrategias familiares de vida, en este contexto, se relacionan fundamentalmente con los comportamientos que los agentes sociales desarrollan para constituir y mantener unidades familiares en cuyo seno se asegura la reproducción bio-sicológica de sus miembros y donde se asegura la incorporación de prácticas económicas y no económicas que garantizan la reproducción de la sociedad.

La relación explicativa que desde esta perspectiva se establece tiene una doble dirección:

  1. a) Por una parte, se considera que los «estilos de desarrollo» son una resultante de diversas transacciones entre aquellos estratos sociales que disputan la dominación y por lo tanto inciden diferencialmente en las estrategias de vida de los diferentes estratos y clases sociales según el estado de la lucha por la dominación social en una coyuntura histórica en una sociedad determinada. De este modo los estudios que privilegian esta relación, estudian las incidencias de los estilos de desarrollo sobre las estrategias familiares de vida.
  2. b) Por otra parte, las estrategias familiares de vida típicas de cada clase social condicionan los procesos de desarrollo económico social en una situación histórica particular. De este modo se enfocan aquellos aspectos de las estrategias familiares de vida que inciden sobre procesos macrosociales, esto es, aquellos comportamientos de las unidades familiares que tienden a la reproducción o superación de la estructura de la sociedad en un estadio de su desarrollo y que condiciona la adopción de determinadas políticas.

En ambos casos es innegable la relación entre las estrategias familiares de vida con la estructura de clases y el estado de la relación entre estas clases en una situación histórica particular. En este sentido nos pareció fructífero acercarnos a las estrategias familiares de vida desde la perspectiva teórica de Pierre Bourdieu, que nos permite estudiar las estrategias familiares en su relación con el espacio social y en relación al devenir de dichas estrategias en el desarrollo del espacio social

De este modo, nuestra idea es que los criterios de diferenciación del espacio social, y la posición que los pobres ocupan en este espacio, y el peso relativo de estas posiciones en el espacio social está ligado, no sólo a los bienes de los que son carentes (no posesión de capital económico), y de las distinciones que les imponen los sectores dominantes del espacio social, sino a aquellos bienes y distinciones que los pobres construyen como diferenciación interna del campo de la pobreza y que constituyen los criterios que la percepción dominante no nos permite acceder y que sin embargo es fundamental conocer si nos planteamos la necesidad de implementar vías de acción superadoras de su situación.

Para descubrir estos bienes y esos criterios nos propusimos privilegiar el ámbito de la familia porque es en ella donde se opera su acumulación y donde se transmite por la socialización las pautas estratégicas. En efecto, el crecimiento de la pobreza tiene múltiples efectos que son una constante amenaza a las bases de la institución familiar y en muchos casos incluso la destruyen. Las carencias afectan a cada uno de los miembros de la familia debilitando sus posibilidades de constituirse en familias que sustenten en lo material y contengan en lo afectivo a sus integrantes.

De este modo, y siguiendo a Bourdieu[3], definimos como Estrategia: a las prácticas de los agentes cuando están dirigidas a defender los intereses de la propia posición en ese campo. No se trata de una elección racional como cálculo de medios a fines, ni como completamente irracional. La estrategia, en este sentido, es producto de ese “sentido práctico”, del conocimiento del juego y de las posibilidades de innovación que le plantea la situación. Como los campos están atravesados por la estructura objetiva del espacio social en clases sociales, también las estrategias pueden ser destinadas a mantener o mejorar la posición de familias o grupos en la estructura de relaciones de clase.

En tanto que estrategia de reproducción la definimos como «el conjunto de prácticas fenomenalmente muy diferentes, por medio de las cuales los individuos, los grupos o las familias tienden de manera consciente o inconsciente a conservar o aumentar su patrimonio, y correlativamente a mantener o mejorar su posición en la estructura de las relaciones de clase”.

La familia es el lugar por excelencia de la acumulación de capital de diferentes especies y de la transmisión entre generaciones, por ello es el sujeto principal de las estrategias de reproducción. Esto puede observarse en la transmisión del nombre de familia, el apellido, elemento principal del capital simbólico hereditario que es la base para la transmisión del patrimonio, el conjunto fundamental del capital económico y simbólico.

De este modo definimos como Estrategia de reproducción familiar: al conjunto de prácticas de subsistencia, contención familiar, de diferenciación y ascenso por medio de las cuales las familias tienden de manera consciente o inconsciente a conservar o aumentar su patrimonio, y correlativamente a mantener o mejorar su posición con relación al propio campo de la pobreza y con relación a su posición en la estructura de las relaciones de clase”

Estrategias familiares en las trayectorias de vida

En las estrategias de vida, relevadas mediante entrevistas en profundidad y análisis de historias de vida, se puede visualizar un cambio cualitativo en la pobreza de las familias de origen a la constitución de las familias actuales. En la trayectoria familiar, las estrategias de vida son cortadas transversalmente por la incidencia de los «estilos de desarrollo» que nosotros preferimos designar como proyectos económico políticos de acumulación de capital, promovidos por el Estado Nación en diversas coyunturas por las que el país ha transitado, como el proyecto agroexportador( desde 1880 hasta 1930), el de sustitución de las importaciones y producción para el mercado interno(1945 a 1955), el proyecto desarrollista(1958 a 1969), el aperturista (1976 a 1982), y el liberal-conservador ( de 1990 en adelante).

En efecto, durante la vigencia del proyecto agroexportador[4], las familias pobres de Barrio San José, estaban constituidas por familias que tenían ocupaciones ligadas a los servicios comunales, de salarios escasos, o a la agricultura que proveía de verduras y hortalizas al mercado local. El deterioro de las actividades agropecuarias por la competencia productora de las provincias de cuyo, y los escasos salarios de los servicios comunales, signó su incorporación como pobres al desarrollo de la ciudad. Las estrategias de vida del sector estuvieron asociadas al río que les proporcionaba recursos y alimento. Nos cuenta Eva, (que nació en la década del cuarenta) que el hambre es el recuerdo más fuerte de su infancia. En el río buscaban ranas que vendían en el «restorante» del centro. Algunas se dejaban para consumo de la familia integrada por su padre viudo, un hermano, una tía y sus catorce hijos. El padre hacía fuego y en una lata de dulce de batata, con una porción de grasa obtenida en el matadero, fritaban las ranas. Los dieciseis chicos alrededor del fuego esperaban con gran expectativa el alimento. El río también les proporcionaba berro que comercializaban, desechos de cartones y hierro que juntaban para un acopiador local, y además, de las cabezas de ganado que tiraba el matadero municipal y posteriormente el frigorífico extraían con golpes de piedras el cerebro que vendían a los restaurantes del centro. El cirujeo, constituye otra estrategia común en esta época. En el mercado central se buscaba la verdura en mal estado, y las panaderías hacían una torta sin levadura que regalaban a los pobres. Eva, a los 10 años se incorpora a una familia como empleada doméstica con la promesa de que sería enviada a la escuela. A los quince años un hermano la lleva a Buenos Aires como empleada de casa de familia, y vuelve a los dieciocho años para irse a vivir con su novio y la madre de éste. La estrategia de vida de Eva revela un patrón común en las niñas de este sector de la población: buscar una familia que pueda mantenerla. La solidaridad con los vecinos y la ayuda entre parientes era frecuente. Un vecino solía conseguir batatas, que a la noche asaba en el rescoldo de un fuego encendido en el piso de tierra del patio y eran repartidas entre los niños del vecindario. Otra vecina preparaba grandes ollas con sopa con las que socorría el hambre de tanto niño de la pobreza. Era frecuente también el entregar los niños a familiares para mandarlos a la escuela o como ayuda doméstica a cambio de comida.

Con el advenimiento del peronismo (1945 a 1995) y la construcción del estado de Bienestar, la esperanza en una acción correctora de las desigualdades sociales por la intervención del Estado produjo un cambio en las estrategias de vida de estas familias. Durante esta etapa, Eva y sus hermanos ingresaron como pupilos al Hogar Escuela, que les proporcionaba educación, vivienda y comida de lunes a viernes. El recuerdo de Eva son los largos fines de semana que pasaba con su familia: no probaba comida hasta el domingo a la noche en que retornaba a la escuela. La experiencia duró poco, hasta el golpe de estado que derroca a Perón en 1955.

Sin embargo, la esperanza de mejorar las condiciones de vida en el barrio, de servicios de salud, luz, agua corriente, pavimento y medios de traslado hacia el centro, nunca se concretó. El Barrio San José hasta la actualidad sigue reclamando por estos servicios. El Estado de Bienestar no alcanzó a la pobreza estructural que quedaba aislada de los centros de salud, y de la continuidad escolar, para niños que debían realizar changas o trabajos domésticos para acrecentar las posibilidades de sobrevivencia del grupo familiar.

Durante la década del sesenta, con la vigencia (con altibajos provocados por golpes de estado) del proyecto desarrollista, las actividades del frigorífico «La Morocha» favorece las oportunidades laborales de la gente del barrio. La quiebra del frigorífico y de la Empresa lechera «La Lácteo», vuelven a generar desocupación.

A fines de la década del setenta y con mayor impulso desde mediados de la década del ochenta, el proceso de radicación industrial implementado por una política nacional, produjo un cambio importante en las posibilidades de empleo en la zona. La industria, creó puestos de trabajo de baja calificación que facilitó la incorporación de estos sectores de la población como obreros. La ciudad de Mercedes, la ciudad capital de la provincia y otras pocas ciudades del interior provincial se convirtieron por efecto de esta política en centros de atracción poblacional. El barrio San José incrementó su población con gente de otras provincias por la posibilidad de acceso a viviendas de bajo costo.

Durante este período, se redoblan los esfuerzos por reclamar al Estado la creación de un centro de salud, agua, gas, electricidad y medios de movilidad hacia el centro y los lugares de trabajo.

La situación relevada en la encuesta a cien familias del barrio, y la observación directa efectuada con los alumnos de Sociología II y Taller de Práctica I (Año 1998) de la Licenciatura en Trabajo Social quienes, conforme a un guión para la observación y registro de un recorrido cuadra por cuadra, en los sectores en que dividimos el barrio muestra la insuficiencia de los principales servicios en el barrio:

Agua Potable %
Solo en el baño 7
Solo en la cocina 11
Solo fuera de la casa 48
En toda la casa 29
Sin información 5
TOTAL 100

 

Gas %
Tiene red de gas 1
Cocina con garrafas 95
Cocina a leña 2
Sin información 2
TOTAL 100

 

Cloacas %
Sin cloacas 73
Con Cloacas 24
Sin Información 3
Total 100

Los avances logrados en materia social en el período de auge del Estado de Bienestar Social contribuyeron de forma decisiva a mantener viva la esperanza de cambio en las condiciones de vida de los más necesitados. Hoy, con el desmantelamiento de las estructuras de bienestar, la acción política se ha subordinado a los mandatos de la economía, y la política ya no plantea la necesidad de transformar la realidad sino, por el contrario, su rol se dirige a asegurar institucionalmente el funcionamiento de la economía. Si en la década del sesenta y setenta la política  «sobreideologizó» las relaciones sociales, a partir de la década del ochenta vivimos un proceso de «sobreconomización» de la vida social[5].

El desmantelamiento del Estado de Bienestar conforme a los nuevos imperativos económicos de los años 80 y 90 ha generado un nuevo destino de la pobreza: ella también se ha privatizado. Se sostiene que las organizaciones privadas, y otras agencias sociales no estatales serían más eficientes en la administración de los fondos destinados a la pobreza. Se desata una fuerte competencia para acceder al lote de pobres que por licitación permitiría acceder a los fondos que el desarrollo envía al subdesarrollo y la focalización del  gasto es la tendencia de la política social para la pobreza.

A partir del año 94 con la pérdida de dinamismo del proyecto Menem-Caballo, de sesgo aparturista y neoliberal, el estancamiento del  gasto social, la desocupación y el retraso salarial han impuesto un nuevo rostro en la pobreza de este barrio.

Las estrategias de sobrevivencia en la última década han estado fuertemente influidas por las políticas implementadas por el gobierno de Menem y su ministro de Economía, Domingo Caballo. Con la ley de Convertilidad (1 peso= 1 dólar) se detuvo la hiperinflación y «volvió» el crédito a la Argentina, como señalan los políticos. Rápidamente aparecieron las tarjetas de crédito para trabajadores de clase media y baja: las tarjetas «naranja» y «verde». Los comercios desarrollaron su propia tarjeta, principalmente para la venta de electrodomésticos. Hace dos años aproximadamente, las empresas y la administración estatal hacen efectivo el pago de haberes por medio de cajeros automáticos, con tarjetas especiales otorgadas por los bancos. Las estrategias de sobrevivencia dieron un giro radical: la pobreza se financió con tarjetas. Al principio se accede a una tarjeta, se obtienen préstamos, cuando no se puede pagar (muy pronto) se recurre a otra tarjeta que mediante un préstamo permite saldar la deuda anterior. Cuando el circuito se cierra, se les inicia un juicio. ¿Qué se puede embargar a un pobre?. La clase obrera con sus bajos salarios pronto ha quedado expuesta a las retenciones que le ha iniciado la justicia, por demanda  de los bancos. Los pobres del barrio San José tienen miedo a perder sus viviendas.

Stella Maris, una joven mujer casada con un obrero de una fábrica radicada en la ciudad, con tres hijos y uno en camino, cifra sus esperanzas de salvación en un juicio por un accidente que tuvo durante su trabajo haciendo las compras de mercado para la patrona. Con esto piensa poder enfrentar el endeudamiento de sus tarjetas. Stella Maris vive en una humilde vivienda propia. Sin revoque, piso de cemento y dos habitaciones. El agua no llega a su vivienda y la recibe por una manguera desde una casa del vecindario más cercana a las cañerías públicas. Sus estrategias se orientan hacia los planes de solidaridad estatal. Ha realizado los cursos de Animadora Comunitaria, y está bregando por poner en su domicilio un comedor para niños carenciados: con infraestructura y víveres que piensa obtener del Estado. Envía sus hijas a una escuela asistencial donde reciben el almuerzo. Ayuda a los niños del barrio con dificultades escolares y se propone organizar un centro de costura con las máquinas que le fueran otorgadas hace un par de años durante la implementación de otro proyecto nacional de asistencia (SIEMPRO).

Stella Maris es hija de otra habitante del barrio que emigró a Buenos Aires para trabajar en casas de familia, se casó y vivió en una villa miseria de la capital del país. Se separa de su marido y deja viviendo en la villa a su madre con sus hijos, a quienes ella mantiene trabajando cama adentro en casas de familia. Cuando Stella tiene quince años, viene a Mercedes a visitar sus tíos y conoce a su actual esposo. Decide casarse y venir a vivir a Mercedes. Su marido ha sido empleado del frigorífico primero, y actualmente es obrero de una fábrica radicada. Ella ayudó al ingreso familiar trabajando en casa de familias. Sus hijas se han criado al cuidado de la hermana mayor que actualmente tiene 13 años. Trabajó hasta que el accidente le imposibilitó seguir haciéndolo. Pero no ha perdido su dinamismo. Sigue intentando organizar a sus vecinos en diversos emprendimientos que propone el Estado. Su casa es visitada por políticos de todos los partidos con el afán de incorporarla a sus filas. De la política ella se informa de las posibilidades que el estado instrumenta para la pobreza. Sin embargo, ninguno de estos emprendimientos ha pasado del papeleo y se ha concretado de modo estable.

En su trayectoria de vida, Stella ha vivido un período donde le fue posible ascender socialmente: cuando se casa con un obrero y ella contribuye trabajando en el servicio doméstico. Su lucha actual, se relaciona con la posibilidad de descender otra vez. Su marido está estudiando para terminar la escuela primaria por un programa implementado en la empresa donde trabaja.

La otra cara de la pobreza, la que no salió nunca de la pobreza o que el nuevo descenso llegó demasiado pronto, porque ya la desocupación ha vuelto a colocarlos en la misma situación de partida, sigue con estrategias tradicionales como el cirujeo en el basural de la ciudad, el acarreo con carritos tirados por caballos, recuerdo de las quintas que trabajaron sus abuelos, changarines que concurren a la carga y descarga de ladrillos y materiales de construcción.

Los jóvenes actuales, según nos expone Eva, no conocen el hambre. Hoy se dedican a robar los varones y prostituirse las niñas y «con eso compran droga, zapatillas y cerveza». La delincuencia juvenil se ha incrementado como en todo el territorio nacional. Este Barrio es, en la creencia de la gente y de los habitantes del Barrio, uno de los lugares de mayor población delincuente. El cura de la Iglesia del Barrio hace dos semanas denunció por televisión un robo en su iglesia y culpó a la gente del Barrio, por la gran cantidad de delincuentes que allí vive.

El oficio de quintero ha quedado en el recuerdo de los abuelos, y no ha sido trasmitido a los descendiente. La memoria de la ruina familiar por la imposibilidad de competir con la producción de otras provincias sí se conserva. Los emprendimientos propuestos por el Estado de quintas comunitarias no seduce a sus pobladores.

El desaliento por las pocas posibilidades de mejorar las condiciones de vida por la acción del estado les lleva a descreer en la política y los políticos. Responsabilizan a los políticos por la pobreza y no confían que surja de ellos ninguna solución.

Se han roto las redes solidarias entre vecinos, aunque se mantiene la red familiar. Incluso el traer a vivir parientes para compartir la casa y los gastos, es una estrategia frecuente. La familia extensa es una de las soluciones posibles para afrontar el desempleo de algunos miembros de la familia.

El impacto de la pobreza en la familia

Los hombres afectados por los problemas de desempleo y bajos salarios, alejados de la posibilidad objetiva de satisfacer las necesidades mínimas de sobrevivencia, se sienten desprestigiados frente a sus familias y la sociedad, por no poder cumplir con el rol, histórica y culturalmente asignado, de proveedor . A veces deben migrar en busca de empleo, otras se enferman por el stress que les significa el desempleo, y de este modo sus familias no pueden estabilizarse y los vínculos tienden a debilitarse. En la encuesta previa a las entrevistas en profundidad que efectuamos a 100 familias del Barrio, algún miembro de la familia menciona que ha migrado a otro país o provincia en alguna etapa de la vida familiar:

Migración %
Migro a otra Prov. 7
Migro a otro país 91
Sin información 2
TOTAL 100

 

Las mujeres al quedarse solas por la disolución de hogares, se transforman en único sostén del grupo familiar,  con la doble carga que se le impone de ganar el sustento y cuidar de sus hijos, engrosando las filas de la pobreza, fenómeno que se conoce como la «feminización de la pobreza». En la encuesta mencionada, el jefe de hogar es femenino en un porcentaje superior al total de la población de la ciudad (17 % de las familias, relevado en encuesta realizada en nuestra investigación sobre Estructura y Organización familiar en 1998) .

Sexo %
Masculino 78
Femenino

 

Total

22

 

100

Como parte de las estrategias de sobrevivencia familiar todos los miembros de una familia están frecuentemente obligados a contribuir a los escasos ingresos y aceptar cualquier trabajo que aparezca, abandonando los niños la escuela, fragilizando aún más sus posibilidades de desarrollo y de integración a un sistema de empleo o trabajo digno. El que llega a la edad adulta en estas condiciones, no estará capacitado para el empleo, ya sea por las dificultades de someterse a una disciplina de horarios, pautas higiénicas, de socialización o ya sea por la falta de habilidades y conocimientos. En la encuesta a las cien familias del barrio, sólo el 37% de las familias -con hijos en edad de estar escolarizados obligatoriamente por ley- envían todos sus hijos a la escuela. La persona responsable en  estas familias, en un 45% no ha concluido el nivel primario.

Persona Responsable
Nivel de Instrucción Frecuencia
Sin Instrucción 13
Primario Incompleto 32
Primario Completo 38
Secundario Incompleto 11
Secundario Completo 5
Sin información 1
TOTAL 100

En cuanto a los jóvenes, su situación de riesgo y vulnerabilidad es conocida. Han sido niños que han salido a trabajar para contribuir al ingreso familiar, la calle se tornó en su ámbito de reproducción cotidiana. Los jóvenes ven venirse abajo la promesa de un progreso por la acción correctora del estado. «Pasarla bien», aquí y ahora, es la consigna de la juventud que no visualiza un futuro aunque sea con esfuerzo. El desmoronamiento de la esperanza de ascender socialmente por medio de la educación,  que alimentó la imagen de un país en crecimiento, deja a las familias inermes frente a sus jóvenes y a estos  jóvenes los deja sin proyectos y a la sociedad sin un importante porcentaje (el 45 % de los niños actuales en Argentina crecen en familias pobres) de una generación orientada hacia el bienestar general, centrada en valores pasatistas e insolidarios.

Las causas de la pobreza

Conforme a este desarrollo son múltiples los factores que inciden en la pobreza del Barrio San José. En las historias de vida de las familias del barrio, la orientación de la política económica y social, sin embargo, se encuentra entre los principales determinantes de la misma. La explicación de esta pobreza hay que buscarla básicamente en un problema de bajos ingresos que dependen de las oportunidades de empleo y salarios que ofrece la economía, los precios de los bienes y servicios consumibles, el nivel de educación y salud (capital humano) de la población y de la posesión personal de activos, entre los más importantes. Las oportunidades de empleo se vinculan al nivel de crecimiento de la economía y su capacidad para generar empleos bien remunerados.

Adicionalmente, otro elemento importante que ayuda a explicar las estrategias de la pobreza lo constituye la educación adquirida. En este contexto, la población pobre, que no posee otros activos, ante la necesidad de generar ingresos rápidamente, abandona la educación, con lo cual pierden su único vínculo con la posibilidad de acceder a la oportunidad de un empleo de calidad.

Otro factor estrechamente vinculado a la pobreza es la ineficiencia en la asignación del gasto público, en particular, el gasto público social que constituye un efectivo instrumento para canalizar recursos hacia los hogares relativamente más pobres de la sociedad. Sin embargo,  no se han logrado avances significativos en la reducción de la pobreza. El impacto redistributivo de los programas de educación, salud, vivienda y alimentación y del gasto social en general ha sido bastante limitado ante la ausencia de una política social que enfatice en el mejoramiento de las condiciones de vida de los pobres. La pobreza se concibe no sólo como una escasez puntual de ingresos, sino como la carencia de capacidades para desenvolverse en la vida y participar de las oportunidades que abre el crecimiento económico. En ese sentido, la inequidad del sistema educativo mantiene a los pobres con un bajo nivel de instrucción lo que limita sus oportunidades de inserción en el mercado laboral con una remuneración adecuada para afrontar la satisfacción de sus necesidades esenciales y participar plenamente de la vida social, política y cultural.

La pobreza, en gran medida, igualmente está determinada por el acceso limitado a los servicios básicos de educación, capacitación para el trabajo, salud, agua potable y electricidad, e infraestructura vial. Toda la concepción sobre la que descansa la implementación de las medidas redistributivas es la condición de «ciudadano»: al que pertenece a una comunidad política debe permitírsele acceder al ejercicio de los derechos que como ciudadano le corresponde. La precariedad en que viven los que tienen la desgracia social de haber nacido en la pobreza que los condena a la inestabilidad laboral, los bajos salarios, bajo nivel de escolaridad y no calificación profesional, impide, en el fondo, el ejercicio libre de los derechos democráticos.

Conclusiones:

Si bien nuestra investigación aún se encuentra en la etapa de recolección de las historias de vida de las familias del Barrio San José, la hipótesis que se perfila como central en relación a las estrategias de vida de estas familias es que la acción de los estados nacionales y las políticas instrumentadas como correcciones del rumbo económico han contribuido a dar el perfil que presentan estas estrategias. La necesidad de adecuación a las nuevas situaciones que ha implicado el  cambio en el estilo de desarrollo instrumentado a nivel nacional produjo una pérdida de identidad y profundización de la pobreza: sin pasado ya que lo que aprendieron de sus padres es mejor olvidarlo, y sin futuro, porque las estrategias familiares se cifran en lo que provee un Estado cada vez más ausente.

BIBLIOGRAFÍA

Barrère-Maurisson, Marie-Agnès: La división familiar del Trabajo, La vida doble Editorial Lumen Humanitas-Buenos Aires. 1999.-

Bergoglio, Maria Ines, La familia: Entre lo Público y lo Privado. Editorial  Marcos Lener Editora Córdoba S.R.L., 1.986.-

Bourdieu, Pierre, L’esprit de famille incluido en el Anexo del libro Raison Practiques: sur la theorie de la action, Seuil-Paris-1994.

Sociología y Cultura. Editorial Grijalbo. México. 1990.-

La distinción. Editorial Taurus. Madrid. 1988.-

Cosas dichas. Editorial Gedisa. Buenos Aires. 1988.

¿Qué significa hablar? Economía de los intercambios linguísticos. Madrid. Akal Universitaria. 1985.

La práctica de la Antropología reflexiva en Bourdieu, Pierre y Wacquant, L. Respuestas por una antropología reflexiva, México, Grijalbo. 1987

Bourdieu, Chamborendon, Paseron: El oficio del sociólogo. Siglo XXI. México.1973.

Cebotarev,  Nora.-Families and Change-in The Ecumenist.- 1.986. Y tambien Eichler Margrit.Family Shifts (Family , Policies and Gender Equality) Oxford, University Press, 1.997.

Chirico, Magdalena:Los relatos de vida- El retorno a lo biográfico. Editorial: Centro Editor de América Latina- Buenos Aires. 1992

Donzelot, Jaques:La policía de las familias- Editorial Pre-textos-1980-

Escolar, Cora: Compiladora: Topografías de la Investigación. Eudeba.2000.

Feijoo, María del Carmen: Algunas hipótesis sobre cambios recientes de las familias en Argentina en Naciones Unidas CEPAL .Cambios en el perfil de las familias, LC/G.1761-P,1993

Ferraroti, Franco: La historia y lo cotidiano. Bibliotecas Universitarias, C.E.A.L, Buenos Aires, 1990.

Fernandez, Ana María (Compiladora). Instituciones estalladas.Eudeba.-1999.

Rojas Hernandez, Jorge en La pobreza como depredación humana condicionada Revista ATENEA-478. Universidad de Concepción-Chile.1999.

Las estrategias de reproducción familiar

Deja una respuesta